En medio de un año electoral, el Gobierno provincial pareció salir airoso de la última revisión paritaria tras acordar con 17 de los 18 sectores estatales y desactivar la amenaza de un paro importante en la salud, con la oferta que aceptó la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros). Sin embargo el clima está lejos de ser calmo, ya que el Sindicato Unido de los Trabajadores de la Educación (SUTE) rechazó los ofrecimientos y desde el lunes empezará a darle forma a un paro general de 96 horas, a concretarse desde el martes 1 de agosto.
No será la primera vez que el gremio conducido por los kirchneristas Carina Sedano y Gustavo Correa lleven adelante una medida de fuerza de tal característica, en desacuerdo con la gestión del radical Rodolfo Suárez. El año pasado realizaron cinco días de paro, entre julio y agosto, con movilizaciones importantes a Casa de Gobierno. Todo indica que este año ocurrirá lo mismo, con el impacto político que significa estar cerca de las PASO nacionales.
Los reclamos del Sute pasan por el “achatamiento” en la pirámide salarial y denuncian que los ofrecimientos van contra el estatuto docente, a pesar de que el Ejecutivo se jacta de que haber presentado mejoras en el ítem jerárquico y garantizar que el mínimo de la paritaria nacional ascendería al mes de junio a $145.000 de bolsillo por cargo y a $165.000 en julio.
“Así un cargo a junio sería de $145.000 y dos cargos $290.000. Si se toma como referencia Julio sería un cargo $165.000 y dos cargos $330.000″, explicaron desde el Ejecutivo en su momento.
En tanto los porcentajes presentados fueron los mismos que para el resto de los sectores: aumentos del 10,5 % para junio, 8% para julio, 14% para agosto, 8% para septiembre y 8% para octubre.
En la paritaria nacional radica un punto del conflicto. Desde el Sute sostienen que actualmente significa “un techo” porque un docente que recién se inicia “cobra lo mismo que uno que se está por jubilar”, una escuela sin zona se cobra “lo mismo que una con zona”, y un docente con doble cargo “cobra más que un directivo”.
Entonces aseguran que el Gobierno nunca presentó modificaciones sustanciales a los ítems jerárquico, antigüedad y zona entre las últimas propuestas. Y ratifican, en ese sentido, que si se reconociera la “deuda del 36% del 2020″ (año de la pandemia), la diferencia impulsaría los salarios “por encima de la paritaria nacional” y se resolvería el problema.
En ese marco el pasado 29 de junio el sindicato docente votó iniciar un plan de lucha que consistió en una “marcha de las antorchas” (6 de julio) y un “veredazo” en el que repartieron panfletos por las calles del Centro, cuatro días después.
Pero la principal decisión que tomaron los delegados fue “construir” un paro de cuatro días para la segunda semana de clases, que deberá ratificarse en plenarios departamentales y provincial, a desarrollarse el próximo viernes 28 y sábado 29 de julio respectivamente.
Según indicaron desde el gremio a Los Andes, le pusieron al Gobierno provincial un plazo hasta el 26 de julio para convocarlos para una nueva revisión salarial, y si este cónclave fracasa, confirmar la medida de fuerza en las asambleas de delegados.
Este martes el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, después de celebrar el acuerdo con Ampros que permitió garantizar el servicio de salud, dijo sobre el Sute que “las mesas técnicas están abiertas y seguimos abiertos al diálogo, porque ellos no han firmado. Quizá podemos volver a trabajar sobre un posible acuerdo. Y si no, se mantendrá la misma situación como está y ya en la próxima reunión paritaria lo volveremos a discutir”.
Entonces aclaró que los docentes percibirán durante estos meses los incrementos que habían sido acordados en marzo, sin las diferencias planteadas en la última revisión. “Los docentes siguen con la primera oferta, porque si no los gremios que no cierran, no tendrían diferencia con los que sí”, sostuvo.
Por su parte, Sedano le confirmó este miércoles a Los Andes que la situación no se ha modificado desde que rechazaron la propuesta. “No hemos tenido ninguna comunicación, así que sigue todo igual. Seguimos en plan de lucha. El lunes comienzan las clases y las escuelas empezarán a debatir qué hacemos para adelante, porque tendremos plenarios para definir si avanzamos con un paro de 96 horas en defensa del estatuto, el salario y el sector de los celadores”, sentenció.