El Gobierno creó un organismo para controlar lo que publican los medios de comunicación

Preocupación. Entidades periodísticas y partidos de la oposición temen que “Nodio” sea una herramienta para limitar la libertad de prensa.

El Gobierno creó un organismo para controlar lo que publican los medios de comunicación
Miriam Lewin titular de la Defensoría del Público.

Con el objetivo de “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias”, el Gobierno nacional lanzó “Nodio”, un observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales. El organismo estará a cargo de la Defensoría del Público, dirigido por la ex periodista Miriam Lewin. Desde la oposición señalan que es el primer paso a la instauración del “ministerio de la Verdad”, para controlar la libertad de expresión.

“Insultar a quien piensa distinto, cancelar a quien es diferente, descalificar, agredir y no argumentar, bloquea el diálogo y vulnera derechos. Construir con falsedades noticias que apelan a la emocionalidad y fortalecen prejuicios que fomentan la intolerancia es poner en riesgo la convivencia democrática”, sostuvo Lewin.

El observatorio funcionará en el ámbito de la Defensoría del Público y contará con un Consejo Asesor (no se dieron a conocer los nombres de los integrantes).

Se informó que la iniciativa se propone generar insumos y entornos de intercambio que permitan reflexionar acerca de las prácticas deontológicas en búsqueda de un periodismo de alta calidad, el fortalecimiento de las audiencias críticas mediante el desarrollo de competencias digitales y el fomento del debate sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet.

Siempre según la información oficial, Nodio servirá para crear ámbitos participativos de debate permanente, promover el conocimiento científico sobre la desinformación y contribuir a mitigar el fenómeno de la información maliciosa; asesorar a organismos y organizaciones sociales en torno al tema y colaborar en el diseño de estrategias y recomendaciones para abordarlo; realizar campañas de capacitación en alfabetización digital y mediática y promover compromisos de buenas prácticas informativas y discursos de respeto.

Por último Nodio se propone identificar, exponer y explicar la desinformación, mediante acciones de monitoreo, revisión, análisis y verificación de la desinformación; identificación de estrategias argumentativas, sistema de alertas, de publicidad y de respuestas coordinadas, entre otras. Para ello promoverá el trabajo colaborativo con organismos especializados, centros de investigación, plataformas digitales, la industria audiovisual y las organizaciones de la sociedad civil. Las alertas están encendidas.

Críticas desde la oposición

Desde la oposición, no tardaron en llegar las críticas. “Este gobierno tiene cepo para todo, también para controlar a la prensa”, escribió Cristian Ritondo, presidente del bloque PRO de la Cámara de Diputados de la Nación.

Silvana Giudici, ex presidenta del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) durante la gestión de Mauricio Macri, publicó en las redes sociales “Llegó Nodio. El primer paso hacia el Ministerio de la Verdad. Un organismo del estado definiendo que opinión es verdadera o falsa, o inicia una campaña de desinformación, pone en riesgo el principio constitucional de la libertad de expresión”.

Advertencia de Adepa

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) expresó su preocupación por la creación de Nodio. "Supuestamente, tendrá como objetivo “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias”, dijeron.

“Como ha señalado Adepa respecto de proyectos similares que tuvieron lugar en la década pasada, la instauración de este tipo de órganos de vigilancia desde el Estado conlleva un riesgo cierto de que estos sean utilizados como método sutil de disciplinamiento o represalia por motivaciones ajenas a los principios que dicen promover”, expresó Adepa en un comunicado.

“La propia conformación del panel de presentación, con la casi totalidad de sus integrantes identificados con un sector político claramente determinado, es un indicio de ello. Una cosa son las iniciativas provenientes de la sociedad civil para promover el análisis crítico de los contenidos que circulan en el ecosistema digital”, agregaron.

“Otra muy distinta sucede cuando este tipo de propuestas provienen de organismos públicos, que perfectamente pueden utilizar estos mecanismos de ‘observación’ como una suerte de censura indirecta, estigmatizando opiniones diferentes y abriendo una peligrosa puerta para la consumación de conductas aun más graves, como persecuciones y criminalizaciones de la libre expresión”, afirmó la entidad.

Como ha sostenido Adepa, la mejor manera de combatir la desinformación y los discursos de odio es fortalecer el periodismo profesional y los contenidos de calidad, muchas veces no jerarquizados adecuadamente por redes sociales y plataformas digitales.

“Obviamente, nadie está exento de cometer errores, pero medios y periodistas son responsables ante sus audiencias, y judicialmente ante cualquier desvío o daño. Esta responsabilidad ulterior, prevista por nuestro ordenamiento legal y por los tratados internacionales, es la única que garantiza la libertad de expresión, según los estándares internacionales de derechos humanos. Más allá de sus objetivos declamados, que un organismo público monitoree el ejercicio de la opinión y la información en una sociedad siempre es un llamado de atención para la libertad de expresión, que es, ante todo, un derecho de la ciudadanía”, cerraron.

Este texto fue publicado originalmente por La Voz del Interior. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.

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