La Argentina dio recientemente un paso adelante para el cuidado de su riqueza pesquera evitando la pesca indiscriminada de buques extranjeros en la llamada “Milla 201″ o borde externo del Mar Argentino. Cabe mencionar que dicho lugar es “Zona Económica Exclusiva” para la pesca por parte de buques con bandera nacional.
Este paso se dio gracias a la firma en Nueva York, por parte de la canciller Diana Mondino, del Acuerdo para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina de las Zonas Fuera de Jurisdicción Nacional, más conocido por sus siglas en inglés BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdictions).
Se trata de “un paso fundamental para proteger la Milla 201″ coincidieron las Organizaciones No Gubernamentales Círculo de Políticas Ambientales y Por el Mar. También la Prefectura Naval Argentina, fuerza encargada de la protección de la Zona Económica Exclusiva de la incursión por parte de la flota extranjera que pesca al borde y en ocasiones al interior de la misma dijo que el acuerdo es crucial para regular la actividad pesquera “descontrolada” más allá de la jurisdicción nacional.
En ese caso, la fuerza ha localizado en la reciente temporada de pesca centenares de buques extranjeros, mayormente de China y en menor medida de España, Corea del Sur y Taiwán. Las “aguas internacionales” (esto es, más allá de la Milla 200 desde el litoral marítimo) no están sujetas a leyes consensuadas, a menos que haya acuerdos al respecto entre estados ribereños, algo que en el caso del Mar Argentino se vuelve complejo debido a la presencia militar inglesa en las Islas Malvinas.
Según informó Infobae, a falta de acuerdo entre los estados ribereños, por depredadora y descontrolada que sea, la pesca en la “Milla 201″ del Mar Argentino no alcanza a ser considerada “ilegal”, pero sí afecta mucho lo que sucede dentro de la Zona Económica Exclusiva.
No tanto por las esporádicas incursiones de los buques extranjeros en ella, como ocasionalmente ocurre, sino porque los peces no saben de fronteras y porque la flota extranjera, al pescar al borde del talud continental, en especial entre las latitudes 43 y 47, en el llamado “Agujero Azul”, donde la confluencia de las corrientes cálida de Brasil y fría de las Malvinas genera una alta concentración de calamares y la escasa profundidad facilita su captura, terminan afectando la “tasa de escape” de una especie de ciclo de vida corto (entre uno y dos años) y clave en la cadena trófica del Mar Argentino.
En ese marco, Milko Schvatzman, responsable del programa de Océanos del CPA e investigador sistemático de lo que ocurre en la “Milla 201″, detalló que el BBNJ es fundamental para proteger y avanzar en una explotación responsable de los recursos marinos que son patrimonio de la humanidad y de los cuales dependen en gran medida los países sudamericanos.
Ante esto, Argentina se sumó así a las 90 naciones que ya rubricaron este instrumento internacional en el Marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. El acuerdo permite, una vez implementado, la creación de áreas de protección en alta mar, como lo que podría suceder en la Milla 201, zona que tanto el CPA como la ONG “Por el Mar” consideran “una zona de intensa presión pesquera sin ningún control”.