Mucho se ha escrito sobre el futuro de Mendoza a lo largo de estos 141 años de vida del Diario Los Andes. El centenario matutino ha sido testigo y protagonista del devenir provincial y por sus páginas se han llevado adelante los debates trascendentales que situaron a Mendoza en un lugar de protagonismo a nivel nacional y regional.
En los tiempos que corren, la necesidad de seguir aportando al debate es indiscutible. ¿Cómo puede progresar Mendoza en un país que no encuentra un rumbo? ¿Cómo puede crecer la Argentina en un mundo cada vez más competitivo y al mismo tiempo cada vez más caliente en sus conflictos?.
Los mendocinos somos un pueblo de trabajo. De esfuerzo y solidaridad. Y lo digo con total franqueza porque así lo siento. No es un lugar común. Es un rasgo de nuestra identidad. Y sobre esa identidad es que hemos sido capaces de construir una provincia que nos enorgullece y que tiene un futuro inmenso. Por eso el desafío es crecer. Pero no de cualquier modo, porque hay un equipo que sabe cómo hacerlo.
Nuestra provincia tiene la oportunidad de crecer a partir de las actividades productivas tradicionales, incorporando tecnología para mejorar su competitividad, abriendo nuevos mercados y potenciando al sector privado. Tiene un camino recorrido en la producción de servicios basados en el conocimiento, sustentado en el talento de nuestra gente y en el de aquellos que eligen venir a hacer su vida en Mendoza. El entramado industrial, universitario, científico y tecnológico como así también la infraestructura logística y la ubicación estratégica de la provincia, constituyen factores que nos sitúan en una posición de ventaja al momento de incentivar inversiones que apuntalen nuestra economía.
La Cordillera de Los Andes, columna vertebral de Suramérica, nos conecta al Pacífico y al mundo, con su riqueza paisajística, histórica, patrimonial y de recursos naturales, brindándonos la posibilidad de recuperar un perfil productivo que ha sido histórico en Mendoza y que nos abre la oportunidad de generar recursos genuinos para el crecimiento sostenible de la provincia en las próximas décadas. Seremos protagonistas de la transición energética que ya está sucediendo a nivel global y debemos estar preparados para ello.
Ahora bien, sabemos con lo que contamos, pero también sabemos que el camino no es fácil. Mendoza ha recuperado en los últimos 9 años el rol eficiente del Estado, orientado a la mejora de los servicios y el acompañamiento al sector privado, verdadero generador de riquezas. Pero no siempre fue así. Y nada garantiza que lo siga siendo. Por ello el desafío también es no bajar la guardia. No podemos darnos el lujo de creer en cantos de sirena o en relatos populistas por parte de aquellos que se acomodan al calor del poder de turno, porque ya nos han hecho mucho daño.
Le guste a quien le guste, el camino es el del trabajo y el esfuerzo. Ese que hemos recorrido desde la fundación de nuestra provincia. Ese que nos legó el general San Martín con su gesta libertadora. Ese que nos permitió reconstruir la provincia cuando un terremoto la derrumbó. Ese mismo camino que hoy transitamos para seguir posicionando a la Ciudad y a la Provincia en lo más alto a nivel nacional, regional e internacional.
Crecer con equilibrio territorial para que la prosperidad se genere desde cada paraje, pueblo y departamento de la provincia. Con infraestructura de calidad, caminos y servicios al alcance de todos los mendocinos. Con calidad educativa y con seguridad para que mejore efectivamente la calidad de vida de todos los mendocinos. Ese es el desafío.
Mendoza será próspera, ese es su destino. Para alcanzarlo, seguiremos trabajando juntos, todos los días.
*El autor es intendente de la Ciudad de Mendoza
