El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Miguel Pesce, no descartó este martes la posibilidad de reforzar las restricciones para la compra de dólares, aunque aclaró que todo dependerá de las nuevas “expectativas” que tenga el mercado y remarcó que la autoridad monetaria tiene capacidad para continuar administrando las operaciones cambiarias.
“Estamos esperando una mejora en las expectativas. Si se produce, no encontraríamos razón para tener que establecer mayores restricciones en el mercado cambiario”, indicó el titular de la autoridad monetaria.
Pesce realizó esas declaraciones al participar en el Congreso Anual del (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas), donde defendió el nivel del tipo de cambio oficial y consideró que la elevada emisión monetaria “no tiene por qué convertirse en inflación o generar un impulso inflacionario”.
Durante su exposición, el titular del Central fue consultado sobre la posibilidad de intensificar el cepo, con el que actualmente solamente se autorizan compras mensuales no superiores a los 200 dólares y con el recargo del 30% correspondiente al Impuesto PAIS (Para una Argentina Inclusiva y Solidaria).
“Esperamos que la economía salga del pozo en el que cayó con la pandemia y comience a recuperarse y a requerir un mayor nivel de importaciones. Esperamos que el mercado cambiario pueda abastecerla y, si conseguimos la tranquilidad que buscamos, que el sector productivo tenga un mejor acceso al mercado de cambios”, describió.
Explicó que la expectativa calmar los ánimos de la demanda con la formalización del acuerdo para canjear la deuda externa, que se concretará el próximo viernes, y que las señales que el Gobierno envíe a través del proyecto de Presupuesto.
Capacidad para controlar al dólar
Pesce dijo que “creemos que podemos administrar con este nivel de reservas la situación cambiaria que afronta el país. Lo hemos hecho hasta ahora con éxito y creemos que lo vamos a poder seguir haciendo con éxito hacia adelante. Con este nivel de reservas que tenemos tenemos capacidad de administrar el mercado cambiario”, remarcó.
También desestimó los análisis respecto a los recursos del Central y subrayó que “las reservas están en el orden de los 43.000 millones de dólares y están certificadas por el Fondo Monetario Internacional”.
Durante su exposición, Pesce respaldó la posición del Gobierno nacional, donde aseguran que la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los dólares paralelos como el Contado con Liquidación (CCL) y el del Mercado Abierto Electrónico (MEP), que se ofrecen por encima de los 130 pesos, comenzará a achicarse a partir del viernes, cuando se formalizará el acuerdo para reestructurar la deuda con los acreedores externos.
Pero además, Pesce reconoció que otro paso fundamental será la presentación del Presupuesto, donde la Casa Rosada debe plantear sus proyecciones sobre la economía y la hoja de ruta que se trazó completar el tramo final del 2020 y apuntalar la recuperación en 2021, un año electoral.
Por lo pronto, Pesce se limitó a indicar que la brecha cambiaria, que oscila en torno al 80%, “se incrementó por la incertidumbre ligada al proceso de reestructuración” y que la presión sobre el dólar blue, que se vende por encima de los $137, responde al cierre de las fronteras que se estableció por la cuarentena. “El abastecimiento que tenía era fundamentalmente del turismo fronterizo. Ese abastecimiento no lo tiene”, argumentó.
Más allá de los contrastes entre las distintas cotizaciones, Pesce respaldó el nivel del dólar oficial y afirmó que los referentes del sector productivo consultados por el Central no plantean cuestionamientos: “En las estadísticas del tipo de cambio real multilateral vemos que no hay atraso. Estamos en un tipo de cambio competitivo, lo que tenemos que evitar es que este tipo de cambio se retrase. Las diversas áreas del sector productivo no se han quejado”, dijo.
La visión oficial sobre los efectos de la emisión
“El primer efecto grave que sufrió la economía fue el de la caída de ingresos de diversos sectores de la población y de empresas, y por eso fue necesario que el Tesoro compensara parcialmente esa caída del ingreso para que nos afectara tanto los niveles de actividad”, describió.
Y luego, indicó que “de todas formas, la expansión monetaria en lo que va del año ha estado en el orden de 1,5 billones de pesos y los depósitos han crecido en el orden de los 2 billones de pesos y creo que esto es una buena noticia porque esta expansión monetaria ha quedado parcialmente en manos del público, alrededor de 400 mil millones de pesos, pero el grueso ha regresado a los bancos”.
Pesce indicó que el impacto de esa emisión también está sujeto a las gestiones para acceder a financiamiento que permita cubrir el déficit. “Ha tenido éxito, en principio, en refinanciar vencimientos de deuda y ahora ha comenzado a financiar una porción del déficit primario también. Y si esto sigue así, las necesidades de emisión van a ser menores”.
El titular del Central se mostró esperanzado en ese camino y adelantó que “esta emisión monetaria que hemos tenido, si el mercado de capitales y el sistema financiero logran digerirla, no tiene por qué convertirse en inflación o generar un impulso inflacionario”.
Al disertar en el mismo evento, la economista Marina Dal Poggetto reconoció que el gobierno cuenta con una serie de elementos alentadores “como contracara del shock violento que tuvo la economía argentina en 2018 y 2019, y de la pandemia”.
“Hoy tenés salarios bajos, tarifas de servicios públicos que se están atrasando pero que están mucho más cerca de un nivel razonable y tenés un tipo de cambio alto. Tenés los patitos en fila y tenés margen para reducir la dinámica inflacionaria que es condición necesaria para empezar a construir una moneda”, repasó.
Sin embargo, Dal Poggetto alertó que la brecha supone un “riesgo latente” para ese rumbo y que además el gobierno necesita enviar señales claras sobre el rumbo: “Se necesita erradicar la pregunta sobre si la Argentina es Venezuela que se hace cada cinco minutos”.