La relación entre los gobiernos de Argentina y Venezuela alcanzó un nuevo punto de tensión tras las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, quien acusó al gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en ese país, de intentar ingresar como parte de “un plan terrorista”. Las palabras de Gil, en un comunicado difundido a través de redes sociales, fueron particularmente duras contra la administración de Javier Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quienes señaló de haber actuado deliberadamente contra Venezuela.
“Los desquiciados que gobiernan Argentina, el esperpento político de Milei y Patricia Bullrich, fueron descubiertos con las manos en la masa tratando de introducir elementos violentos en Venezuela”, aseguró el canciller chavista. Según Gil, Gallo habría recibido una misión específica para desestabilizar al régimen de Nicolás Maduro, aunque no presentó pruebas concretas para respaldar la acusación.
En referencia a Gallo, Gil señaló que el gendarme está siendo procesado “con pleno respeto al Estado de Derecho y la justicia venezolana”, mientras desestimó las denuncias de la familia del detenido y las presentadas por el gobierno argentino ante organismos internacionales como la OEA y la ONU. “Dejen la desesperación y asuman las consecuencias de su conducta que avergüenza al noble pueblo argentino”, remató el diplomático.
Milei y Bullrich exigen la liberación inmediata de Gallo
Desde Buenos Aires, el presidente Javier Milei respondió categóricamente al caso durante un acto en el Colegio Militar, calificando la detención como “secuestro ilegal”. En su discurso, Milei subrayó que Gallo fue detenido “por el único delito de visitar a su pareja y a su hijo” en Venezuela. “Exigimos su liberación inmediata y agotaremos todas las vías diplomáticas para devolverlo sano y salvo a la Argentina”, declaró el mandatario.
Por su parte, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, adoptó un tono aún más confrontativo al dirigirse directamente a Diosdado Cabello, ministro de Justicia y Paz de Venezuela. “Liberá de inmediato a Nahuel Gallo, o atenete a las consecuencias. Cada minuto que lo retenés, quedás más expuesto como el opresor miserable que sos”, escribió Bullrich en sus redes sociales, marcando un aumento en el tono de las tensiones diplomáticas.
Conflicto latente
La relación entre ambos países ya venía deteriorándose desde que el gobierno argentino desconoció las elecciones que llevaron a Nicolás Maduro a mantenerse en el poder. En agosto pasado, la embajada argentina en Caracas fue desmantelada, y la custodia del edificio quedó a cargo de Brasil. En ese momento, el gobierno venezolano había exigido la retirada de los diplomáticos argentinos, así como de otros países que tampoco reconocieron los cuestionados comicios presidenciales.
Además, la disputa entre ambos gobiernos escaló en marzo de este año, cuando el canciller Yván Gil calificó al gobierno argentino como “neonazi” y tildó de “cara de tabla” al vocero presidencial, Manuel Adorni, en respuesta a las críticas de este último sobre el manejo del espacio aéreo venezolano.
La detención de Nahuel Gallo ha generado indignación en el gobierno argentino, que insiste en su liberación inmediata mientras busca apoyo en organismos internacionales para presionar al régimen de Maduro. Sin embargo, la falta de claridad sobre las acusaciones y la inexistencia de pruebas concretas por parte de Venezuela complican cualquier avance diplomático en el corto plazo.