Dos días antes de que un tercio del bloque oficialista liderado por Máximo Kirchner votara contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) propuesto por el Ejecutivo, Alberto Fernández sorprendió avisando públicamente que piensa ir por su reelección. “Antes de que mi mandato termine... en este primer mandato que tengo, yo te garantizo, Mario, que van a tener el Polo Industrial”, le dijo Fernández a Mario Ishii. El intendente de José C. Paz no es cualquiera. Fue uno de los primeros en acercarse a Néstor Kirchner en 2003, cuando Duhalde dominaba el territorio. A las puertas de una crisis con final incierto dentro del FdT, el Presidente dio aviso de su plan político.
Los meses del verano se consumieron en las negociaciones a contrarreloj con el Fondo para evitar el default. Por aquellos días, a sabiendas que la cuerda con La Cámpora se tensaba, Alberto Fernández y su jefe de Gabinete, Juan Manzur, buscaron reforzar la alianza con la mayoría de los gobernadores oficialistas. Los mandatarios se encolumnaron con la Casa Rosada y buena parte de sus diputados votó a favor del acuerdo con el FMI y no siguió a Máximo Kirchner.
Alrededor del Presidente esperan que el acuerdo pase esta semana por el Senado. José Mayans, senador por Formosa y jefe del bloque oficialista dijo que ya habló con Cristina Fernández y que se espera un trámite legislativo similar al de diputados. Es decir, un final con voto positivo (y apoyo de Juntos). “Los senadores van a votar por sus provincias”, explicó Mayans.
El “albertismo” ve una oportunidad de tomar impulso político al calor del debate del acuerdo. Por de pronto, algunos entienden que en la puja con La Cámpora, Alberto Fernández salió fortalecido en su vínculo con los gobernadores y con la Conferederación General del Trabajo (CGT), menos el moyanismo. Y con Sergio Massa, un aliado táctico.
Casi como un juego de palabras, un funcionario ligado al Presidente comentó a este diario: “A Alberto no le gusta que se hable de ‘albertismo’. Si le preguntás, te dice que ‘no existe’: lo que hay es un espacio en el que confluyen el Partido Justicialista (que preside Alberto), la CGT, los gobernadores, el Movimiento Evita y otros movimientos sociales más chicos. Un conglomerado de fuerzas que acompaña la gestión del presidente y confía plenamente en la capacidad de conducción que tiene Alberto”.
En el gabinete nacional, el albertismo continúa construyéndose con distintas ramas: exintendentes del conurbano como Katopodis y Juanchi Zabaleta; Lammens en representación de parte del PJ porteño; Santiago Cafiero y Matías Kulfas, del Grupo Callao; Martín Soria, un peronista del interior. Ferraresi, Taiana y Filmus, tres ministros peronistas kirchneristas, gozan de la plena confianza de Alberto. Eduardo Wado de Pedro, el único de La Cámpora en el gabinete, es muy respetado por su pares.
Julio Vitobello (Secretaría de Presidencia), Vilma Ibarra (Legal y Técnica), Gustavo Béliz (Asuntos Estratégicos), y el embajador Jorge Argüello, completan el staff de más confianza presidencial.
¿Alberto Fernández se plantea su reelección? Argüello, también integrante del Grupo Callao, respondió con otra pregunta: “Si el gobierno hace las cosas bien, si sigue la recuperación económica que fue del diez el año pasado, y la Constitución le da la posibilidad de seguir un mandato más, ¿por qué Alberto no debería ir por la reelección?”.
“Nuestra aspiración es consolidar la figura del Presidente y que pueda estar competitivo para una elección”, dijo el ministro Matías Kulfas, funcionario de la cantera del Grupo Callao.
En diciembre pasado, Alberto Fernández juntó en el restaurante Santa Evita al “Grupo Callao”, el espacio creado en el 17, después de las elecciones de medio término que ganó el macrismo en todo el país. Kulfas, Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz, Cecilia Todesca Bocco, Fernando Peirano, entre otros, integran el “Callao”. “Yo voy a ser presidente cuatro años más”, dijo Fernández aquella noche.
“Decir que se va por la reelección es una jugada obligada de Alberto”, dice Gustavo Marangoni. El consultor de M&R Asociados agrega: “En la política en general, y en el peronismo en particular, si no manifestás vocación de poder, te comen de postre”.
Marangoni cree que Fernández hizo de una debilidad, una oportunidad. “Alberto pensó: ‘Si no empiezo a mostrar señales voy a tener dificultad para lo que viene’. Habló de su reelección en una semana donde no se sabía si había acuerdo con la oposición, con internas en el bloque… arrinconado le mete para adelante”, describe.
El 17 de noviembre pasado, en el acto en Plaza de Mayo por el Día de la Militancia, Alberto Fernández fue el único orador. Ese día Fernández abrió la puerta de las PASO. “Mi mayor aspiración es que en el año 2023 desde el último concejal hasta el Presidente de la República los elijan primero los compañeros del Frente de Todos”, dijo.
“En el peronismo hubo un debate muy fuerte en el sentido de que hay una práctica, fundamentalmente de La Cámpora, de cerrar las listas sin la posibilidad de ir a unas PASO”, dijo el dirigente albertista a este diario.
Los sectores albertistas que confrontan con La Cámpora, tienen otra opinión de Axel Kicillof, otra figura emblemática del kirchnerismo. Dicen que Kicillof va a seguir el camino de Alberto de la reelección y eso le va a generar un problema con Máximo. ¿Que Máximo preside el PJ bonaerense? Si las cosas funcionan bien, los intendentes se van alinear o con Alberto o con Axel, no con La Cámpora”, especulan.
Gustavo Marangoni plantea alguna dudas sobre el supuesto de bonanza económica para lo que resta del mandato y que, según dirigentes albertistas, abonará la reelección: “Habrá que ver si el acuerdo con el Fondo, que te obliga a devaluar a un ritmo distinto, con tasas de interés positivas, con el sector industrial que pagará tarifa plena, de alguna manera no aplaca la recuperación del diez del año pasado”
Se viene ahora la votación del acuerdo en el Senado y hay expectativa por ver cómo se desempeñará el bloque oficialista en la Cámara que preside Cristina Fernández de Kirchner. En Diputados, oficialismo votó dividido. El kirchnerismo brindó 41 votos afirmativos; 28 negativos y 13 abstenciones (representantes sindicales). En total, el bloque sumó 77 legisladores que actuaron en sintonía con el presidente Alberto Fernández y votaron por el acuerdo con el FMI. El próximo 22 de marzo Argentina debe pagar 2.800 millones de dólares al FMI, por lo que urge la aprobación, del acuerdo según el Gobierno.