Un hombre fue detenido anoche en Provincia de Buenos Aires por ser uno de los presuntos autores del ataque del jueves pasado al despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner en el Congreso. El hecho se produjo en momentos en que la Cámara de Diputados votaba el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda externa.
El sujeto fue identificado como Jaru Alexander Guerrero Rodríguez y todo se produjo en el marco de la causa por “los desmanes y daños en el despacho de la vicepresidenta de la Nación”, según consigna el parte policial. El acusado fue apresado en un domicilio de la localidad bonaerense de Acassuso, informaron hoy fuentes judiciales a Télam.
Entre las cosas que incautaron en el procedimiento había plantas de marihuana y también material del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), una de las agrupaciones de izquierda que cuando se trató la iniciativa en la Cámara baja llegó a las inmediaciones del Palacio Legislativo para protestar contra el acuerdo con el FMI. También fueron aprehendidas en ese lugar otras personas que se encontraban con Guerrero Rodríguez, pero que no estarían vinculadas a los desmanes de la semana pasada, detalla La Nación.
En el marco de la causa que investiga los disturbios ya había otro hombre detenido, Oscar Ramón Santillán, que quedó imputado por incendio y daño agravado, y a quien la Justicia le dictó la prisión preventiva. Este sospechoso no cuenta con antecedentes delictivos.
Ayer, Cristina Kirchner compartió en Twitter un segundo video del ataque a su oficina. Esos registros incluyeron imágenes de una cámara de seguridad de la Policía Federal, ubicada en la esquina de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, y también mostraron cómo un colaborador suyo capturó lo ocurrido desde adentro de su oficina, una vez desalojada.
En esas grabaciones se ve a un grupo de personas apuntar contra el Congreso después de romper el asfalto y tirar las piedras tanto con sus manos, como con una gomera, mientras se desarrolla la marcha de los manifestantes de izquierda.
La funcionaria considera que alguien “planificó y mandó a ejecutar” ese ataque contra su despacho. Así también lo dio a entender ayer el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, quien habló de premeditación y dijo que la oficina de la vice fue “marcada” con pintura, antes de los piedrazos. “Las marcas rojas hasta nos traen reminiscencias de las marcas de las casas con sangre de cordero”, afirmó el funcionario, en cuanto a estas pintadas que también quedaron registradas en las fotos de ese día.
Lo que pasó en la oficina de la expresidenta también generó tensiones políticas al interior del Frente de Todos, ya que desde La Cámpora -la organización que conduce su hijo, Máximo Kirchner- se quejaron por la falta de un repudio oficial por parte del presidente Alberto Fernández y de su círculo cercano de funcionarios.
La voz de la agrupación fue su secretario general, Andrés Larroque, que primero se refirió al “silencio y la parsimonia” de la Casa Rosada y que después dijo que el Gobierno “decidió soslayar el tema y minimizarlo”.