La escalada del conflicto entre Israel e Irán generó tensiones en las cercanías del edificio de la AMIA con temores crecientes de un atentado terrorista. Los vecinos de la zona temen vivir un episodio como el ocurrido hace 30 años en el atentado contra la sede judía.
Ante las declaraciones de Israel sobre posibles represalias con misiles y drones tras el ataque de Irán, los vecinos de la zona comenzaron a tomar precauciones adicionales para protegerse de cualquier eventualidad, informó Noticias Argentinas.
El presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, advirtió que con Irán “siempre hay que tener la guardia alta” y no descartó otro atentado a futuro en Argentina o en algún otro país de la región.
“Si algo pasa, es salir corriendo para el sótano”, expresó uno de los residentes cercanos. Otro residente reflejó el nivel de preocupación que maneja la zona diciendo: “¿Cómo no vamos a tener miedo?”. La mayoría viven horas de incertidumbre, ya que no temen por ser blanco de un nuevo ataque, como sucedió en los ´90.
De esta manera, la seguridad ha sido reforzada en los edificios vinculados a la comunidad judía y otras ubicaciones consideradas susceptibles a ataques. Para más tranquilidad, las autoridades policiales están llevando a cabo inspecciones regulares en locales y vehículos en busca de posibles explosivos.
Los recuerdos de los atentados en Argentina, incluido el devastador ataque a la AMIA en 1994, están presentes en la mente de los vecinos, generando un clima de inquietud generalizada.
“Siempre cuando vengo del lado de Avenida de Mayo veo policías, perros antibombas, ahí sí te da miedo porque piensas que algo puede llegar a pasar”, confesó uno de los trabajadores locales.
La incertidumbre se ve exacerbada por la ausencia de empleados en la embajada, lo que generó preocupación entre los residentes y llevó a algunas familias a pedir el cierre de negocios por motivos de seguridad.
“Somos carne de cañón”, advierten, mientras que el presidente de la DAIA no descarta la posibilidad de nuevos ataques en Argentina u otros países, alimentando aún más el malestar y la aprensión en la comunidad.