El Gobierno provincial pedirá a la Nación retenciones cero a la industria vitivinícola, luego de la medida que se conoció este lunes por parte de la secretaría de Bioeconomía, liderado por Fernando Vilella, que impondrá retenciones al 8% para el sector.
Por parte de la gestión de Alfredo Cornejo, expresaron que ante los cambios en el proyecto para modificar los derechos de exportación, “la única salida para mantener la estructura productiva actual y evitar problemas de excedentes vínicos que repercutan en la rentabilidad y sostenibilidad del sector en su base primaria es la exportación”.
“Es imperioso que el equipo económico del Poder Ejecutivo Nacional revea la situación y establezca una alícuota para los derechos de exportación de los productos vitivinícolas del CERO POR CIENTO (0%)”, manifestaron en un comunicado oficial. De lo contrario, agregaron que esta situación “subsumirá a la vitivinicultura en un proceso de contracción en sus ventas totales, que derivará en acumulación de stocks y a la disminución de precios pagados a los productores y elaboradores. En definitiva, a mayor nivel de pobreza y exclusión en las provincias productoras”.
Como parte de los fundamentos, en el gobierno mendocino hicieron cuentas y añadieron que las retenciones de 8% significan para el Estado Nacional representarían “un ingreso de U$S 60 millones por año”, lo que significaría “un 0,005% del Gasto público de la Administración Nacional. Es decir, que con la implementación del 8% no se alcanzaría una recaudación significativa, por lo que el cero por ciento en la alícuota de los derechos de exportación sería la decisión correcta que se debería implementar para el sector”, razonaron.
“Las modificaciones introducidas por el Gobierno de Javier Milei en materia de tipo de cambio, tanto en los que se refiere al valor del dólar que recibirán los exportadores como el valor que pagarán los importadores, han mejorado la competitividad del sector vitivinícola en un 20%, aproximadamente”, comentaron, pero agregaron que “al ser un sector de alto valor agregado seguramente, irá desmejorando la ganancia de competitividad en los próximos meses”.
“Una caja de vino que se exporta no sólo contiene líquido (vino), sino botellas, capsulas, tapones, etiquetas, contra etiquetas y cartón, y la evolución que se espera de la inflación de estos costos para el sector”, se quejaron.
En el comunicado acotaron también que “esta ‘licuación’ de la competitividad pasa a ser un tema crucial, dado que los productos vitivinícolas no se exportan ‘de la noche a la mañana’. El proceso exportador requiere tiempo y, en la mayoría de los casos, demanda entre 2 o 3 meses, desde que se recibe el interés por parte de un importador hasta que se concreta la venta y el cobro de la operación”.
Y finalizaron: “Debemos agregar que la vitivinicultura argentina tiene concentrada el 66% de las ventas de sus productos en el mercado interno; y, no cabe duda, que se verán afectadas por el proceso de estanflación que augura el propio presidente Milei, ya que el vino no es un producto de máxima necesidad para nuestros compatriotas”.
