En el Gobierno nacional hay dos miradas sobre sobre la protesta policial. La menos alarmante fue confiada a La Voz por un funcionario del ministerio de Seguridad: “no vemos detrás del reclamo un componente político sino más bien gremial y, hay que reconocerlo, con bases objetivas”. La mirada más alarmante presupone la posibilidad de que el reclamo, inadmisible en sus formas, afecte el servicio de seguridad. La situación social en distintos puntos de conurbano no está para soportar un estrés extra.
“La oferta fue difusa”, se lamentó la fuente consultada. Se refería al anuncio temprano del ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, y del jefe de Gabinete, Carlos Bianco. “Los frenaron sin decir con qué”, agregó. Los reproches se dirigen a Berni, quien desde el verano viene protagonizado encontronazos con la ministra nacional, Sabina Frederic.
“Berni los caga a pedos, los maltrata, anda por los medios diciendo que dirige una fuerza poco profesional; lo subjetivo en este conflicto es la falta de conducción política de la policía”, evaluó el funcionario. Berni ninguneó el reclamo. Dijo que eran pocos quienes el lunes a la noche protestaron en La Plata frente a la residencia oficial de Kicillof. La respuesta fue inmediata: al mediodía de ayer, las convocatorias por radio movilizaron a los patrulleros. Conocedores del territorio, en minutos las calles de La Matanza, Morón, Quilmes se llenaron de asambleas.
El problema objetivo que vive la bonaerense, según la lectura en la gestión de Fernández, se refiere, principalmente, a los bajos salarios de la fuerza. “Hace seis meses que vienen trabajando bajo la presión de la pandemia, sin mejoras como las hubo para las fuerzas de seguridad nacionales; eso es objetivo”, se admitió.
La cuarentena pulverizó el salario (ya bajo) de los policías de las líneas medias y bajas: suspendidos los partidos de fútbol, los recitales, guardias en centros comerciales, los agentes dejaron de cobrar adicionales, un componente sustancial del ingreso. Y hay otro aspecto que nadie se atreve a blanquear: la cuarentena también cortó el flujo de dinero proveniente del juego ilegal y otras actividades prohibidas por la ley.
El viernes Fernández, Frederic y Kicillof anunciaron un plan de seguridad para la provincia con una inversión de 37 mil millones de pesos. “¿Berni no sabía entonces que existía este malestar en la fuerza?”, se preguntan en el gobierno nacional. Todo indica que falló la conducción política de una fuerza policial con una historia y un presente lleno de claroscuros.