“Esta noche es el final del primer tiempo; nos queda el segundo tiempo, el alargue y los penales”, arengó Sergio Massa el domingo a la noche. Le faltó decir algo clave: que se perdió el primer tiempo y ahora hay que meter varios goles en un contexto económico que sigue siendo agobiante para el elector medio: en el primer día después de las PASO el ministro de Economía y candidato presidencial debió convalidar un 20 por ciento de la devaluación del peso, como control de daños, ante una eventual corrida por el resultado de las PASO y como guiño para que el FMI le libere dólares.
Massa, Wado de Pedro y Máximo Kirchner se quedaron rumiando los malos números electorales en el búnker de la Chacarita hasta casi las tres de la mañana. Clima de “tranquilidad y mucha frialdad para leer los resultados”, definió un diputado nacional. Otra fuente de Unión por la Patria, en charla con este diario, dio otro cuadro: “no esperábamos esos números, menos quedar casi nueve puntos debajo de Milei”, contrastó.
A esa hora era un hecho que UP quedaba en tercer lugar como espacio político más votado en las PASO. Se habían cumplido los tercios que avizoró Cristina Kirchner en mayo. El primer desafío electoral es obvio: UP le tiene que remontar 250 mil votos a Juntos por el Cambio para en octubre entrar al balotaje.
La Libertad Avanza ganó en 16 provincias. UP solo en Buenos Aires (ganó a mayoría de las intendencias del conurbano), Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Catamarca. Dolieron las derrotas en dos provincias con historia peronista y triunfos recientes resonantes de sus gobernadores: Tucumán y La Rioja. Pronto habrá una cumbre de gobernadores.
En la mesa de decisiones de UP ya se discute la hoja de ruta a seguir hacia el 22 de octubre. Massa dijo que se está ante “un nuevo escenario en la política argentina” que se “ha dividido en tercios”.
Daniel Scioli tiró una punta hacia dónde irá el oficialismo: el embajador en Brasil valoró la unidad de UP, pero llamó a “ampliarla y a construir una nueva mayoría”. Massa reiteró la idea: “Tenemos que animarnos como fuerza política a la construcción de una nueva mayoría”. Puso de ejemplo la “transversalidad que impulsó Néstor (Kirchner)”.
Aquella iniciativa buscó aliados en Mendoza (e radcial Cobos), Santa Fe (el socialista Binner) y Córdoba (el peronista Juez). Se ganó la presidencial de 2007, pero el resultado posterior no fue bueno. Esas tres provincias mantienen su desconfianza hacia el peronismo/kirchnerista.
Julián Domínguez, el exministro de Agricultura de Cristina Kirchner (de quien sigue conservando la confianza) privilegió como tarea excluyente tener una política hacia la llamada “zona núcleo”, la franja productiva del centro del país. Domínguez dijo que UP tiene “el firme compromiso de leer muy el resultado del interior y en particular, del campo argentino”.
“Al ganar Milei y con Bullrich imponiéndose en la interna a Larreta, quedó el centro disponible y ahí tenemos que salir a buscar los votos”, confió a este diario un funcionario ligado al gabinete de ministros. El concepto se ajusta a lo dicho por Domínguez: UP y Sergio Massa tienen que interpretar las demandas de la Argentina profunda y productiva.
El oficialismo perdió seis millones de votos en relación al 2019. Desencanto absoluto con el gobierno de Alberto Fernández (del que Massa es ministro de Economía hace un año). La participación fue siete puntos menos que hace cuatro años. De cara a octubre, ¿se sale a polarizar con Milei o con Bullrich? ¿Se busca el voto entre los ausentes y los “desilusionados”, como repite Massa?
El consultor político Gustavo Córdoba dijo respecto a UP: “Si Massa pretende recuperar terreno, debería buscar el voto perdido en las elecciones 2021 y 2123, con mucha humildad, con otra estrategia. No parece empresa simple ni fácil. UxP ha perforado el piso de las legislativas 2021. Massa es el segundo candidato más votado, pero queda la sensación de una estrategia electoral confusa, en donde nunca pudo imponer su agenda. Entre los índices inflacionarios y el dólar blue, puede tener aún más inconvenientes”, analizó Córdoba.
En su plan de construir una nueva mayoría, Massa planteó “la necesidad de abrazar a radicales, a sectores del campo popular”; le habló al “argentino independiente”. ¿El centro, hoy esquivo a UP, está disponible? “Tenemos sesenta días para darla vuelta”, se anima Massa, pese al tercer lugar del peronismo en la línea de largada.
Cristina Kirchner volvió ayer de El Calafate, con un resultado adverso: el peronismo perdió Santa Cruz, provincia que gobernaba desde 1991, cuando asumió Néstor Kirchner. La vicepresidenta, que no participó de la campaña de las PASO, pese a su respaldo a Massa, recibió en su despacho a Wado de Pedro.