Tras dos semanas sin novedades sobre sesiones extraordinarias, el Senado comenzará a salir lentamente de su letargo. Los jefes de bloque se reunirán entre martes y miércoles para empezar a avanzar en la conformación de las comisiones, en un clima de tensión creciente por la intención del Frente de Todos de quedarse con todas las presidencias.
El jefe del bloque oficialista, José Mayans, recibirá a Alfredo Cornejo, líder del interbloque Juntos por el Cambio, y a sus pares Luis Naidenoff (UCR) y Humberto Schiavoni (PRO) para comenzar a distribuir lugares, en un escenario donde la bancada opositora está a tan solo dos senadores de diferencia del Frente de Todos.
“Vamos a negociar número contra número. No vamos a reclamar las comisiones que son de gobierno, pero tampoco nos queremos ir con las manos vacías”, adelantaron en Juntos por el Cambio, luego de que Mayans dejara trascender que no le cederán ninguna presidencia a la oposición, a pesar de que el reglamento exige respetar la proporcionalidad.
Los cortocircuitos comenzaron en diciembre, cuando Juntos por el Cambio decidió no bajar a la sesión donde se trataron los cambios en Bienes Personales. En aquel momento, el Frente de Todos consiguió el quórum con ayuda de la riojana Clara Vega, una senadora cuyo voto pasó a ser uno de los más codiciados.
Mayans sostiene desde aquel entonces que Juntos por el Cambio quiere obstruir el funcionamiento del Congreso y con ese argumento peleará las comisiones. En Presupuesto y Hacienda, la única constituida hasta ahora, el Frente de Todos se quedó con 9 de los 17 miembros, cuando -según la oposición- correspondía repartir 8 para cada fuerza.
Ese tironeo promete extenderse al resto de las comisiones, sobre todo las más importantes, como Acuerdos, Relaciones Exteriores, y Justicia y Asuntos Penales. Esa última tiene en carpeta la reforma del Consejo de la Magistratura, que debe aprobarse antes de mediados de abril, según el plazo estipulado en el fallo de la Corte Suprema.
Interna oficialista
Mientras tanto, el Frente de Todos sigue transitando su propia interna, después de la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados y en medio del silencio de la vicepresidenta Cristina Kirchner en torno a la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En las últimas horas trascendió que cuatro senadores peronistas que no responden directamente a Cristina tendrían la intención de escindirse del Frente de Todos. Son el entrerriano Edgardo Kueider, el jujeño Guillermo Snopek, el correntino Carlos “Camau” Espínola y el salteño Sergio “Oso” Leavy.
Uno de los involucrados, Kueider, salió a aclarar que no romperán el bloque, pero confesó que sí quieren dar la “discusión interna”, sobre todo para abrir el juego a los representantes del interior.
“Venimos charlando con los senadores. Queremos dar una discusión interna. No estamos hablando de una ruptura, de salir a armar algo aparte”, señaló el entrerriano a radio Mitre, y agregó: “Hay muchas iniciativas de senadores vinculadas a intereses regionales o provinciales que nos cuesta muchísimo que lleguen al recinto”.
Un claro ejemplo tiene que ver con la política de subsidios: senadores del Norte Grande impulsan una ley de “zona cálida” para subsidiar la tarifa eléctrica, pero no logran que avance, como sí avanzó la ley de “zona fría” impulsada por Máximo en Diputados para aplicar descuentos en el gas.
Hasta ahora, Mayans logró mantener la unidad de la bancada de senadores, pero la resistencia del kirchnerismo duro a acompañar el acuerdo con el FMI solo suma incertidumbre a una votación que no está cerrada: el Frente de Todos tiene 35 senadores, y Juntos por el Cambio, 33. Y en el bloque oficialista, hay 10 miembros alineados con Cristina.
Mayans reveló que, con este panorama, le pidió a Sergio Chodos, director por el Cono Sur ante el FMI, y al ministro de Economía, Martín Guzmán, que el debate parlamentario inicie por Diputados, y solicitó más detalles del entendimiento para definir cómo votar.
“Es más conveniente que el debate se inicie en Diputados por las circunstancias y las visiones que hay con respecto al endeudamiento público”, admitió, y advirtió que “el FMI tiene requerimientos para el Banco Central, sobre el déficit, pide la suba de tarifas y la elevación de las tasas. Hay que ver cómo impacta eso en la economía”.
