Tras coincidir en la necesidad de aplicar un confinamiento estricto durante nueve días, volvieron a surgir diferencias entre gobernador Rodolfo Suárez y el presidente Alberto Fernández acerca del manejo de la pandemia de coronavirus.
El nuevo contrapunto se dio con la decisión del Gobierno provincial de no acatar una de las disposiciones del último DNU presidencial y no volver a una “Fase 1” los días 5 y 6 de junio. Asimismo, en Mendoza retornaron las clases presenciales en el sistema educativo, lo que provocó críticas del Jefe de Estado y una respuesta del mandatario mendocino.
“Es jugar con fuego. Lamento que ese fuego va a quemar a los argentinos y las argentinas de esos lugares. En Alemania, cuando hay 150 personas cada 100 mil habitantes contagiados se suspenden las clases presenciales. En todos estos lugares de los que hablamos, la tasa es de 600 o 700 casos cada 100 mil habitantes: cuatro veces la tasa que marca Alemania para suspender las clases. Por eso nosotros recomendamos suspender las clases”, manifestó ayer Fernández en declaraciones radiales.
El Presidente apuntó directamente contra el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el de Mendoza, Rodolfo Suárez, tres distritos donde se retomó la presencialidad en las aulas, luego de los nueve días de confinamiento.
“Marco todo esto para que la gente entienda que no es un hecho caprichoso nuestro. Nosotros no le queremos arruinar la vida a los cordobeses, a los porteños o a los mendocinos. Nosotros queremos cuidar a la gente”, resaltó el Presidente.
La contestación de Suárez un par de horas después, desde el departamento de Godoy Cruz. “Dijimos que tras estos nueve días comenzaba la actividad con la presencialidad de las clases y la economía funcionando a todo lo que se pueda. Lo hemos dicho siempre, hay que buscar el equilibrio entre cuidar la salud de la gente, la economía y también la libertad de circular”, indicó.
El Gobernador resaltó que “nosotros con presencialidad en las escuelas tenemos los mismos picos que lugares con un confinamiento más estricto o más duro, que afecta a la economía y a las personas en el aspecto psíquico y psicológico”.
En este sentido, aseguró que la escuela no es “un lugar de ultracontagio”, sino que puede haber transmisión del virus como la hay en otros lugares. Asimismo, consideró que mantener estos establecimientos abiertos es esencial para el desarrollo de la sociedad y la psicología de los alumnos.
“El año pasado, en Argentina se cometió el grave error de tener las escuelas cerradas todo el año, con una educación virtual que no llega a todos los chicos, porque los sectores vulnerables tienen mucha dificultad para acceder a ese tipo de educación”, subrayó.
Al mismo tiempo reconoció que todavía está en estudio la posibilidad de adelantar las vacaciones de invierno en el sistema educativo, pero indicó que la decisión dependerá del clima y de la evolución de los contagios.
Por otra parte, Suárez confirmó que el sábado 5 y el domingo 6 de junio no se volverá a aplicar un confinamiento estricto con cierre de actividades en Mendoza. Advirtió que “volver al confinamiento implicará que perjudiquemos a muchos sectores, porque serían tres fines de semana cerrados y hay muchos restaurantes donde se da trabajo a mozos y cocineros, entre otros. Eso podría implicar que luego no puedan abrir”.
De esta manera, la provincia no acatará la medida que había anunciado el Presidente sobre los nueve días de Fase 1 y adelantó también que habría un nuevo cierre el primer fin de semana de junio.
Con este nuevo cruce como contexto, se espera que en los próximos días Fernández y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, lleguen a Mendoza para visitar Impsa, tras concretarse la compra de acciones de la empresa.
