Cristina Kirchner solicitó a la Justicia que se procese por asociación ilícita a Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo, quien hoy figura como un partícipe secundario en el caso. En un escrito que la vicepresidenta difundió en sus redes sociales mostró mensajes detectados en el celular de Carrizo que constan en la causa desde fines de octubre y en donde allí escribió “Recién intentamos matar a Cristina”.
“Recordá esta fecha”, “Esta hdp (sic) ya está muerta”, “No sabés que hicimos con esto”, “Generar miedo”, “Para que el gobierno sepa con quienes se están metiendo”, son algunas de las amenazas que hizo públicos la vicepresidenta. Incluso en la mañana del día después, el 2 de septiembre, Carrizo insistió: “Es un golpe que le dimos al gobierno” y “esto se va a poner peor”.
Para la querella, los nuevos mensajes develan “el plan criminal que tenía un objetivo concreto: matar a Cristina ‘para obligar al señor presidente a que renuncie’”. Según decían, “si bajan a Cristina, bajan a la Cámpora, y con esto le damos un golpe terrible al gobierno”.
Mañana la Cámara Federal llevará adelante una audiencia para analizar otro de los planteos de la vicepresidenta: la recusación de la jueza María Eugenia Capuchetti, que lleva la causa desde el 1 de septiembre pasado. Cristina ya ha hecho públicas, también en sus redes, los cuestionamientos a la investigación de la magistrada, sobre todo desde que apareció la pista Casablanca, que apunta al diputado del PRO, Gerardo Milman.
Los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal creen que “la aparición de nuevos mensajes de Carrizo obliga a tomar una serie de medidas con la mayor celeridad posible.” Los mensajes están consignados en un informe producido por la Dirección de Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) del Ministerio Público Fiscal (MPF) producido el 26 de octubre. Fue entonces que la querella aprovechó para volver a criticar a Capuchetti.
“Hace casi un mes que el juzgado tiene este informe a disposición (que, vale decirlo, no lo produjo el propio juzgado, sino el MPF) y no tomó una sola medida, ni probatoria ni jurídica. Mientras esta querella se ocupó de impulsar dos líneas que el juzgado se encargó de frenar (”Nueva Centro Derecha” y Milman), V.S. no fue capaz, siquiera, de profundizar su búsqueda acerca de Carrizo, Uliarte y Sabag Montiel. Otra muestra de que el objetivo no es investigar, sino sacarse de encima esta causa rápido”, manifestaron.
La querella reclamó llevar adelante una serie de medidas urgentes: identificar a todas las personas con las que Carrizo intercambió mensajes y citarlas a prestar declaración testimonial. Ahi aparecen los nombres de “Prima Vero”, “Lía” y “Kevin Bargas 2″. Además, urgieron que se llame a declarar nuevamente a indagatoria a Carrizo para exhibirle estos mensajes.
La querella quiere que se investigue a todos los acusados y se los procese por formar parte de una asociación ilícita. Incluso agregando a uno de los copitos que hoy es testigo: Miguel Castro Riglos. Puntualmente la querella habló de “la necesidad de imputar a Carrizo, Sabag Montiel, Uliarte y, posiblemente, a Castro Riglos y a otras personas (recuérdese que luego del atentado Carrizo indicó “estamos con el grupo”, “todos juntos”), por asociación ilícita”.
Como punto de partida, es notorio que el ataque a Cristina Fernández era solo un paso, dado que Carrizo lo consideraba ‘un golpe es un golpe que le dimos al gobierno’, pero advertía: ‘Se va a poner peor’”. En ese escenario, la querella sumó que según surge de los mensajes Carrizo escribió: “Estamos pensando matar al jefe de la campora y al jefe de la movilización de la izquierda”.