En el marco de la causa de las irregularidades por contratación de seguros en el Estado, el broker Héctor Martínez Sosa y su esposa y exsecretaria de Alberto Fernández, María Cantero, se presentaron esta mañana en los tribunales de Comodoro Py, entregaron dos escritos y se negaron a declarar ante las preguntas del fiscal Carlos Rívolo y el juez Julián Ercolini.
El listado de 38 imputados en la causa por defraudación incluye a una gran cantidad de empresarios del rubro, entre ellos Héctor Martínez Sosa, amigo de Fernández y esposo de su histórica secretaria privada, María Cantero.
El juzgado asegura que todas las personas involucradas en la causa intervinieron mancomunadamente en forma “coordinada y funcional, aproximadamente entre el mes de diciembre de 2019 y el mes de diciembre de 2023, en un esquema de recaudación y distribución de fondos públicos por medio del irregular direccionamiento en la contratación e intermediación en seguros tomados por distintas reparticiones públicas en Nación Seguros”.
Según el juez Ercolini, varios de los imputados actuaron en connivencia con Alberto Fernández, como “amigos” del poder y beneficios propios.
Los abogados defensores de Martínez Sosa optaron este jueves por presentar un escrito de 170 páginas y 16 anexos. Según Infobae, al salir del edificio de Comodoro Py, el empresario apenas dijo una frase sobre su relación con el expresidente: “Con Alberto Fernández tenía un vínculo de amistad”. Justamente, el juez sostiene que al exjefe de Estado lo unía con el broker una “íntima y añeja amistad”, además de la relación del empresario con la secretaria presidencial.
Una auditoría de Nación Seguros reveló que el amigo de Fernández tuvo contratos con 19 organismos públicos por $366.635.744 en comisiones.
María Cantero, esposa de Martínez Sosa e histórica secretaria del expresidente, está también citada para declarar este mediodía. Sus abogados defensores, del mismo estudio jurídico que representa a Martínez Sosa, también presentaron un escrito.
En su caso, fue de su teléfono celular secuestrado en la causa que se extrajeron conversaciones vía WhatsApp que complicaron su situación, la de su marido y también la del expresidente.
En uno de esos intercambios, el matrimonio hablaba de “un negocio en Cancillería” que corría riesgo de “acabarse”. Ella de inmediato le escribió al entonces presidente sobre el tema y él respondió “ya me ocupo”.
Al ser indagado ayer en la causa, Fernández sí aceptó hablar y responder preguntas de su abogada defensora Mariana Barbitta y, respecto a ese chat, dijo que aludía a que iba a averiguar si había “algún tipo de irregularidad”.
Seguí leyendo:
