La Cancillería de Argentina expresó su enérgica condena por la detención de un trabajador de la Embajada en Caracas, calificándola como “arbitraria e injustificada”, y subrayó que constituye “una violación flagrante de las normas internacionales”.
La situación se agravó en las últimas horas después de que la OEA denunciara que un francotirador chavista estaba acechando la Embajada argentina en Caracas, mientras que el Ministerio de Seguridad reportó el secuestro de un gendarme el pasado viernes, cuando ingresaba a Venezuela para visitar a su familia.
“Esta detención no es un hecho aislado, sino parte de una campaña sostenida de hostigamiento, intimidación y violencia psicológica contra los asilados y empleados de la misión argentina”, aseguraron desde el Gobierno.
“A ello se suma la presencia de francotiradores apostados frente a la sede y la ocupación ilegal de las viviendas vecinas, configurando un cerco de facto con el claro objetivo de ejercer presión y generar un clima de terror sobre quienes se encuentran en el interior de la representación diplomática”, sigue el documento.
La Cancillería de Milei fue contundente al exigir al gobierno bolivariano de Venezuela la liberación inmediata del empleado local y reiteró su reclamo a Maduro por la entrega de los salvoconductos para las personas asiladas en la sede diplomática.
Esta denuncia se produjo pocas horas después de que se conociera la detención de un gendarme argentino que intentaba ingresar a Venezuela desde Colombia.
El gendarme fue identificado como Agustín Nahuel Gallo, un oficial de Catamarca que fue arrestado por las fuerzas de seguridad venezolanas el pasado domingo cuando intentaba cruzar la frontera desde Colombia. Desde entonces, no se ha tenido noticia sobre su paradero.
Gallo había viajado para visitar a su pareja, quien reside en Venezuela desde mediados de año, y cruzó por la frontera entre Cúcuta y Táchira. Al llegar al aeropuerto de San Cristóbal, uno de los más grandes de la región, fue detenido y se le solicitó su documentación.
Según la familia, fue en ese momento cuando lo trasladaron. Además, informaron que el gendarme se encuentra incomunicado, ya que le quitaron su teléfono móvil y lo llevaron en una camioneta negra.
Tras este incidente, se iniciaron diversas gestiones de negociación, principalmente a través de Brasil y Colombia, quienes actúan como intermediarios, dado que Argentina no mantiene comunicación directa con Venezuela.