El Partido Demócrata finalmente tomó una decisión que parecía predestinada: su salida del frente Cambia Mendoza. Con un duro comunicado, criticó al gobierno radical que hoy lidera Rodolfo Suárez, al asegurar que “hace lo mismo que critica del kirchnerismo”.
Asimismo, indefectiblemente se termina de partir también el endeble bloque que tiene el partido en la Cámara de Diputados. Por un lado, Mercedes Llano y la cúpula del PD; y por el otro, Guillermo Mosso, aliado del radicalismo.
La determinación de la salida del PD se dio esta mañana, cuando la Junta Central del partido resolvió “recuperar la plena autonomía partidaria y libertad de acción para actuar en todos los planos de la política nacional y provincial y concurrir a los comicios próximos con candidatos propios”.
Asimismo, marcó las justificaciones de la fuerte decisión, al indicar que, por un lado, los votos “demócratas” que consiguió Alfredo Cornejo en el 2015 “fueron decisivos”, dando a entender que –segíun ellos-, hay un buen margen que podría volcarse a los demócratas en las próximas elecciones.
Por otro lado, dejaron en claro que la alianza “no pasó de ser un acuerdo meramente electoral”, al expresar que “no se hicieron reuniones del frente ganador, ni se cumplió con el programa de gobierno y de transparencia institucional que habíamos firmado los partidos fundadores de la alianza, ni se nos consultó en absoluto para las políticas que instrumentaba el Poder Ejecutivo provincial ni tampoco respecto de las iniciativas que remitía a la Legislatura”.
Otro de los factores fue que los acuerdos programáticos “de afianzar la república” no se cumplieron, como la de terminar con el nepotismo. “El Gobierno provincial continuó haciendo en la Provincia lo que critica en la Nación al kirchnerismo”, apuntaron.
Otra fuerte denuncia es la “concentración de poder en el Ejecutivo”, con puestos políticos a “partidarios y conmilitones” tanto en el más alto tribunal de justicia como en órganos de contralor como el Tribunal de Cuentas.
También advirtieron que “hay una carencia de un plan profundo de reforma administrativa, reorganización del estado y profesionalización verdadera del servicio civil, como la aspiración a crear un banco estatal o promover expropiaciones sin sustento o intervenir desacertadamente en materia vínica”.
El corolario termina siendo el proyecto de reforma constitucional, en el cual expresan que “bajo el falso argumento de la disminución del costo legislativo, entraña y redunda en una mayor concentración de facultades en el poder ejecutivo, un debilitamiento de las minorías y la posible desaparición de las terceras fuerzas”.
“Es hora de volver a la cancha a jugar con la camiseta propia. Queremos superar la grieta. La demonización mutua de los dos bandos en pugna polariza en forma despiadada y les permite alternarse en el poder manteniendo a terceras fuerzas en una especie cuarentena política. No queremos formar parte de este negocio y pacto electoral que hunde al país en el atraso y la desunión”, finalizaron.