La consultora local Demokratia realizó una encuesta en el oasis norte de la provincia, la zona que cubre los departamentos del área metropolitana extendida, para averiguar las conductas del mendocino respecto del medioambiente.
Uno de los datos más importantes del sondeo -que incluyó 712 entrevistas realizadas en Ciudad de Mendoza, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Luján de Cuyo y Maipú, que fueron realizadas entre el 12 y el 16 de febrero- fue el que surgió ante la pregunta de si los mendocinos juntan plásticos y separan residuos para reciclar y evitar la contaminación.
Sorpresivamente, a pesar de la difusión que tiene este tipo de conductas, más de la mitad de las personas consultadas respondió que no. En concreto, sólo el 40,9% de los encuestados afirmaron que separan la basura en origen.
Este registro sólo fue inferior en el caso de la cantidad de personas que “prestan atención al transporte pensando en reducir las emisiones contaminantes”: sólo el 29,29% tiene en cuenta esta conducta.
En marcado contraste, la gran mayoría de la población del Gran Mendoza dice que “cuida el consumo de agua para la higiene personal o consumo del hogar”. La encuesta de Demokratia dejó así en evidencia que la concientización respecto de algunos aspectos del cuidado del ambiente es muy alta en algunos casos y muy baja en otros. Pero probablemente desnude otros problemas más.
MUNICIPIOS
No es tan extraño el dato de que la mayoría de la gente no separa la basura en Gran Mendoza a la luz de los que los propios intendentes proponen.
De los seis municipios del área metropolitana relevados en la encuesta, solamente dos promueven la separación de la basura. Estas políticas las llevan adelante Capital y Godoy Cruz, que tienen días diferenciados para la recolección de residuos secos y húmedos.
Hay una amplia difusión de esta conducta, que consiste en destinar tres días para el retiro de los residuos húmedos (lunes, martes y domingos) y uno para los secos (jueves).
Se trata de un primer paso para una acción posterior sobre la cual, hay que decir, existe poca información oficial respecto de su efectividad. Es que después de la recolección, entran en acción los “recuperadores urbanos” que rescatan de la basura seca papel, cartón, vidrio, latas y PET para reciclarlos. Se fomenta la “economía circular” pero está pendiente informar si esto ha tenido también algún impacto positivo en el medioambiente.
La separación de residuos tampoco es una conducta obligatoria para los vecinos, ya que se abandonó la premisa inicial de aplicar multas a quienes no cumplieran con la medida.
Así y todo, estos municipios están un paso adelante del resto. En Guaymallén, por ejemplo, hay puntos verdes para que los vecinos lleven la basura reciclable y también hay clasificación de la basura por parte de los recuperadores, pero todavía no hay clasificación en el domicilio.
Guaymallén también dispone desde 2019 de una planta de separación de residuos reciclables llamada Centro Verde que “brinda la infraestructura y las condiciones necesarias para formalizar el trabajo de recuperadores urbanos. El sitio cuenta también con una “huerta agroecológica” y paneles fotovoltaicos.
En Luján, por su parte, la situación es casi calcada a la anterior: están también los “puntos verdes”, donde la gente que quiere hacerlo deja lo reciclado, que va a parar al “centro verde” que se ubica al lado del predio de Feriagro.
Por otra parte, Las Heras posee también “un Centro Verde con muchísimos programas, pero separación de residuos en origen no todavía”, señalan desde este municipio.
La particularidad de este municipio (que recibe, por otro lado, gran parte de la basura de Gran Mendoza) es que hay una ordenanza que establece la separación en origen de los residuos, la cual todavía no se aplica. La gestión actual propone “la separación en origen” en los edificios municipales. “Eso se va a ir extendiendo hasta que lleguemos a los hogares”, prometen en Las Heras.
Mientras tanto, “en colaboración con privados se están implementando programas de separación de aceites vegetales, reutilización de aguas grises, colilleros y tratamiento de colillas, entre otros”, se indicó.
Por su lado, en Maipú también cuentan con los famosos “puntos verdes” para separar residuos reciclables, a lo que suma otros para residuos especiales como aparatos eléctricos o electrónicos, para los cuales hay dos puntos de recolección, uno en Maipú centro y otro en la zona este.
También tiene puntos verdes para recibir “aceites vegetales usados de los vecinos, para su recupero y transformación, evitando que los mismos terminen en el drenaje contaminando agua y obstruyendo cloacas”. Agrega además “colilleros” para las colillas de cigarrillos y puntos de recepción de pilas y baterías en desuso.
Otra iniciativa es la de los talleres de compostaje para promover la reducción de residuos orgánicos.
RECURSOS NATURALES
Volviendo a la encuesta de “Demokratia”, el sondeo demostró que más de la mitad de la población (50,9%) es consciente de las “consecuencias del cambio climático” y de que los mendocinos “tienen cada vez menos agua (78.1%).
La encuesta agrega otro dato interesante respecto de la confianza en el Gobierno para controlar la explotación de los recursos naturales. No es tal esa confianza: el 66,6%, o sea, 2 de cada 3 personas, no confían en los controles gubernamentales.
Sin embargo, en el cierre del trabajo aparece que la gran mayoría de la población nunca puso a prueba esos controles. En efecto, ante la pregunta de si alguna vez realizó denuncias por problemas socioambientales, el 68,7% respondió que no.
Aquí abajo, la encuesta completa:
