Atrapado en la interna que protagonizan el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quedó envuelto en un clamor de dirigentes del Frente Renovador para que abandone su rol de mediador dentro de la alianza gobernante y comience a posicionar su figura de cara a 2023.
El reclamo surgió de legisladores nacionales, provinciales e intendentes bonaerenses que dicen estar “cansados de ver a Massa sometido al desgaste de buscar la unidad en lugar de posicionar su figura personal”, con más presencia en el territorio y menos dedicación a la agenda parlamentaria, que demanda una búsqueda de consensos cada vez más difíciles con la oposición.
El planteo interno en el Frente Renovador creció en los últimos días y fue confirmado a este medio por fuentes del espacio, a menos de un mes del congreso bonaerense que realizará el partido en la ciudad de Mar del Plata. Ese encuentro, previsto en principio para el 15 de julio, servirá para debatir el rumbo a seguir con miras a las próximas elecciones.
La situación de Massa en la coalición de Gobierno es mirada de reojo por múltiples sectores. Este martes, en la city financiera porteña, inversores y operadores se preguntaban, en un mar de rumores y trascendidos, si era factible una renuncia del presidente de la Cámara baja a ese cargo, un hecho que impactaría de lleno en el Gobierno.
En el entorno de Massa descartaron que eso vaya a suceder y aclararon que tampoco fue un pedido de las “bases”. El eje -aseguran- está puesto en realzar el perfil del tigrense con más recorridas nacionales y contacto con vecinos, sin perder el foco de la agenda de la clase media, donde la inflación figura al tope de las preocupaciones.
Pero también hay un reclamo de fondo: la necesidad de “institucionalizar” el Frente de Todos como vía para canalizar las diferencias. Massa impulsa desde hace unos seis meses esa idea, que ya se materializó en Chaco con el empuje del gobernador Jorge Capitanich. Hasta ahora, en el massismo lamentan que no obtuvo respuestas.
Al pedido para generar una “mesa política” se suma el de encarar una reorganización del Gobierno. Massa habló del tema con Fernández durante al viaje a Los Ángeles por la Cumbre de las Américas. En este sentido, supo rodar el rumor de la creación de un “súper ministerio económico” para el actual titular de Diputados. Por ahora, está descartado.
La estructura de poder de Massa se monta sobre varias “patas”. En el Congreso Nacional, 10 de los 118 diputados oficialistas le responden. También cuenta con representantes en la Legislatura bonaerense y diez intendencias, entre las que se encuentran la de San Fernando (Juan Andreotti), Necochea (Arturo Rojas) y Chascomús (Javier Gastón).
A nivel nacional, el Frente Renovador abarca el Ministerio de Transporte, que conduce Alexis Guerrera; AySA (Agua y Saneamientos Argentinos), con Malena Galmarini, esposa de Massa; el ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones), con Claudio Ambrosini; y el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior), con José Ignacio De Mendiguren.
El “reto” de Cristina y los desafíos en Diputados
Massa no estuvo en el acto de la CTA protagonizado por Cristina. Pasó el fin de semana largo con su familia en una localidad del norte bonaerense. En su discurso, la vicepresidenta tuvo una queja solapada hacia el titular de Diputados, cuando se refirió a la falta de avances de un proyecto de ley sobre el pago al FMI (Fondo Monetario Internacional).
Esa iniciativa, que ya fue aprobada en el Senado, propone cancelar la deuda con los dólares no declarados y fugados al exterior. Va de la mano de otra propuesta que también obsesiona a Cristina, para facilitar el levantamiento del secreto bancario, fiscal y bursátil. Pero la vicepresidenta ni siquiera pudo lograr que ese último proyecto sea aprobado en la Cámara alta.
A pesar de no tener los votos asegurados, el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, le dio impulso al “fondo para pagarle al FMI” durante una reunión que mantuvo con Fernández el jueves pasado en Casa Rosada. Como corolario, este martes se reanudará el debate en las comisiones de Legislación General y Presupuesto.
Ese proyecto no es el único de interés para Cristina que está trabado en Diputados: el oficialismo tampoco tiene apoyo para avanzar con la reforma del Consejo de la Magistratura ni con el impuesto a la “renta inesperada”. Massa conoce a la perfección la limitación numérica del Frente de Todos y este año solo pudo viabilizar las leyes que son ajenas a la grieta política.
El mejor ejemplo se dio la semana pasada, cuando el presidente de la Cámara logró que se aprobara su proyecto de alivio fiscal para monotributistas y trabajadores autónomos. Hasta último momento, Massa negoció modificaciones con todos los bloques de la oposición, y finalmente consiguió una votación por unanimidad.