La sesión de la Cámara de Diputados se cayó por falta de quórum y así, la diputada nacional Lourdes Arrieta no aclaró, según habían contado desde su entorno a este medio, los detalles sobre la visita al penal de Ezeiza el pasado 11 de julio. Las fotos que se viralizaron ayer, volvieron a instalar el tema.
La legisladora de la La Libertad Avanza fue entrevistada por C5N y allí respondió a las consultas sobre los detalles del encuentro con genocidas que cumplen condena por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. Presentó un proyecto para que se investigue a los responsables de la visita.
Arrieta contó que integra grupos de WhatsApp a sugerencia del diputado nacional Beltrán Benedict, quien le hablaba de “presos políticos” pero que nunca supo de quiénes se trataba. Aclaró que en el caso de Astiz no recordaba su rostro, dado que fue condenado hace varios años y por eso debió guglearlo. “En los chats nunca se dijo que eran represores”, agregó.
“Nadie me advirtió. Cuando el diputado Benedict sube al grupo del bloque sobre esta visita, se nos dio las garantías de que era una visita oficial e institucional porque nos pusieron a disposición la combi y salimos de la puerta del Palacio hacia el penal de Ezeiza”.
Una de las dudas recae sobre la figura de Martín Menem, el presidente de la Cámara de Diputados dado que la comitiva que integró Arrieta, junto a otros colegas del bloque, fue traslada al complejo penitenciario vía movilidad oficial del órgano legislativo. Además de la diputada mendocina y el entrerriano Benedict, participaron Guillermo Montenegro (Buenos Aires), Alida Ferreyra (Corrientes), María Fernanda Araujo (Entre Ríos) y Rocío Bonacci (Santa Fe) .
“Entiendo que tiene un aval institucional porque cuando uno pide un servicio tiene que pedir un permiso a través de la aplicación y te brindan un auto. Para una combi, entiendo que hay otras autorizaciones más”, sostuvo la joven libertaria.
Al llegar al penal, Arrieta contó que ninguno de los integrantes de la comitiva fue requisado y que incluso los esperaron con café, sánguches y demás, es decir como a una comitiva oficial. Luego, contó cómo fue el encuentro con Alfredo Astiz, uno de los genocidas más conocidos. “Estaba escondido, en un rincón... No participó ni se presentó como hicieron otros”, describió.
No obstante, tuvieron un intercambio cara a cara. “Me llamó la atención porque él me dijo ‘yo sabía que ibas a venir’. Lo cual me generó un alerta; cómo lo sabía, no sé si le pasaron información. Sabía que mi papá es veterano de guerra. También me dijo que me seguía, que sabía de mi existencia, de mis padres”, comentó.
“Todo el tiempo los reclamos que hacían estos señores era que estaban hace 23, 24 años en prisión, esperando un justo juicio. Nunca los relacioné con genocidas”, añadió sobre el encuentro, en el que “también pidieron medicamentos, calefacción, una ambulancia”.
En medio del revuelo por la viralización de las fotos, en la que Lourdes Arrieta posa en primera fila, la legisladora quiere presentó un proyecto para que se cree una comisión investigadora con el fin de delimitar “el grado de participación que ha tenido cada funcionario perteneciente a esta casa en dicha actividad, como así también, del resto de los poderes o particulares que pudieran encontrarse vinculados”.
Motoriza esta presentación, según dijo, “la búsqueda de la verdad, de quiénes son los responsables y por qué realmente a mi nadie me dijo que iba a visitar a Astiz”. “Me avergüenzo y me arrepiento de haber confiado en los colegas que me terminaron insistiendo e instando a que visitara el penal”, afirmó.
“Mi gran error fue haber confiado primero en el diputado que lo organizó y segundo en el presidente de bloque, Gabriel Bornoroni, porque dio el aval para que se llevara adelante esta visita. No lo retrucó, no preguntó, no se interesó en el tema. Entendí que de parte de él estaba todo bien”, lanzó.