El ministro de Seguridad de la Nación afirmó este domingo que en las fuerzas de seguridad “hay estúpidos” que “actúan como mafiosos”. Aníbal Fernández remarcó la necesidad de trabajar para “profesionalizar la fuerza”, al advertir que hechos como el asesinato de Luciano Olivera en la ciudad de Miramar “no pueden suceder”.
“Trabajar más denodadamente profesionalizando la fuerza para que cada vez sean más conscientes de que esas cosas no pueden suceder”, dijo Fernández al ser consultado por los casos de Olivera y de Lucas González, jugador de las inferiores del club Barracas Central baleado por efectivos de la Policía porteña.
Sobre las responsabilidades frente a este tipo de hechos, el ministro aseguró: “No es el Gobierno, es el Estado de hace muchos años, con mejores o peores ministros en el área”.
“Hay estúpidos que están dentro de las fuerzas de seguridad que actúan como mafiosos”, aseveró el funcionario en diálogo con Radio 10.
Los crímenes que pusieron en la mira a las fuerzas de seguridad
El asesinato de Luciano Olivera se produjo en la madrugada del último viernes, cuando un patrullero con cuatro efectivos a bordo quiso identificar presuntamente al adolescente que se trasladaba a bordo de una moto Yamaha YBR 125 roja.
En circunstancias que aún son materia de investigación, efectivos que iban en otro móvil se cruzaron en su camino en la avenida 9, entre las calles 32 y 34, y luego de descender de esa unidad, González le efectuó un disparo con su arma reglamentaria.
En tanto, el crimen de Lucas González sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando el joven y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Tras ello fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo a las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos, según informó Télam.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital “El Cruce” de Florencio Varela.
En la autopsia se determinó que el mismo joven presentaba una herida de surco de proyectil en un pómulo, también disparado por la Policía.