Para el destacado encuestador y analista político Alejandro Catterberg, a Javier Milei, a un año de su victoria electoral en el balotaje presidencial, las cosas le han salido mejor de lo que esperaba. Y dice que el futuro podría ser todavía más exitoso para él: las encuestas le dan al líder de La Libertad Avanza más del 55 por ciento de aprobación.
Milei, según el director de la famosa consultora Poliarquía, profundizará de acá a los comicios su discurso “anticasta”. Surge de ese concepto un elemento de crítica: “Mientras estuvimos viendo un proceso de fortalecimiento político y de mejora de la economía, también hay un deterioro institucional. Estamos frente a un Presidente con rasgos autoritarios, populistas y personalistas que la opinión pública por ahora los omite y perdona, mientras el votante de núcleo duro los celebra”.
Catterberg se explayó en el análisis y abrió el debate antes de su visita a Mendoza. El consultor vendrá a la provincia el 5 de diciembre para exponer en el evento de cierre del año de diario Los Andes, que se realizará en el hotel Sheraton y cuyas consignas serán pensar la Mendoza del Futuro y la Argentina que viene.
Después del terremoto
“Hace un años estábamos al borde de una hiperinflación y ahora estamos en un proceso muy fuerte de consolidación del Gobierno”, asegura Catterberg, sobre el momento actual del Presidente.
El consultor repasa que la llegada de Milei al poder en 2023 fue un “terremoto” que se produjo en un momento en el cual “el sistema de representación político estaba explotado por varias razones, por la grieta, el cansancio y el fracaso económico, en un clima parecido a la previa de la crisis de 2001″.
“En este contexto, Milei fue muy hábil con el mensaje de la casta y la liberación, por eso llegó al poder. Nos encontramos entonces con el presidente más débil de la historia, como decía de sí mismo. Ese outsider dijo que iba a hacer el ajuste fiscal más grande de la historia. La conclusión era que las posibilidades de que esto saliera bien eran bajas. Pero desde ese punto de partida, al Gobierno le ha ido muy bien. Con el pasar de los meses fue desterrando la incertidumbre de un escenario de desgobierno”, explica.
Y agrega: “Lo importante no era saber si Miei sabía de economía, si no si sabía de política. Mostró evidencia de que sabe. El momento simbólico de eso fue cuando el 9 de julio sentó a 20 gobernadores y un ex presidente a morirse de frío y hacerlos esperar, casi humillarlos, mientras él hacía su propio show”.
La economía y el plan
“Cuando Milei ganó, el 85 por ciento decía en nuestras encuestas que muy probablemente la Argentina iba a una hiperinflación en los próximos meses, pero eso se redujo a menos del 20 por ciento hoy. No hubiese sobrevivido Milei a una hiperinflación”, razona Catterberg.
Pero además “puso sobre la mesa el superávit fiscal, que le da un nivel de robustez con los inversores muy importante”.
Catterberg agrega que Milei ha tenido “una dosis muy saludable de pragmatismo”, a pesar del “discurso dogmático” que encarna.
Y los resultados, a sus juicios, son inmejorables: ”Santiago Caputo juega con la frase: ‘Todo marcha de acuerdo al plan’. Pero yo creo que todo marcha mucho mejor de lo planeado. Hay un proceso de reducción de la inflación muy fuerte, un superávit fiscal consolidado, ha logrado avanzar con reformas más que importantes y todo eso trascurrió con una paz social y un control de la calle más que llamativos”.
“Perdió el control de la agenda con lo de la educación, pero por lo general el Gobierno controla el debate público. Todo esto lo ha hecho conservando más del 50 por ciento de aprobación, en este último mes subiendo: ya está por arriba del 55 por ciento”, dice Catterberg.
En materia internacional, la “apuesta a Trump” es un punto destacado del reposicionamiento que consiguió Milei.
Oposición y elecciones
Para Catterberg, el fenómeno Milei se aprovecha de que las coaliciones políticas que corresponden al ciclo anterior “están explotando”. Le ha pasado a Cambiemos, les ha ocurrido al Pro y a la UCR “donde está todo roto” y al propio peronismo, que “perdió la mitad de las provincias, no tiene liderazgo e incluso al interior del kirchnerismo hay crisis”.
“No, salvo que ocurra un cisne negro, que puede ocurrir en cualquier momento”, responde, categórico, cuando se le pregunta si Milei puede vivir algún sobresalto en la senda hacia las próximas elecciones. Aclara de todos modos que “no sabemos cómo reacciona el Gobierno frente a una crisis; siempre está el riesgo de que escale una crisis en términos ideológicos, políticos o emocionales”.
Y sigue: ”El riesgo principal es el atraso cambiario, que se vuelva a abrir una brecha. Ahora, con superávit fiscal, inflación a la baja y cepo, los riesgos de un accidente económico son bajos”.
En este contexto, la elección del año que viene a su juicio se jugará en función de cuatro variables: baja de la inflación; nivel de actividad de la economía y capacidad de consumo; discurso contra la casta y fortaleza de la oposición. “De esos cuatro factores, tres pareciera que les van a jugar a favor al Gobierno”, dice, en referencia a la inflación, la bandera anticasta y la falta de potencia de la oposición. Por otro lado, “la incógnita es el nivel de actividad” que tendrá el país cerca de los comicios.
En este contexto, pueden fluir los acuerdos en búsqueda de un objetivo: ”los gobernadores no se quieren pelear con el Gobierno y tampoco los gobernadores van a querer hacerlo con el Gobierno, si hay acuerdo sobre la cantidad de diputados que quiere tener el Gobierno para contar con su propio tercio (en el Congreso)”, razonó Catterberg. Ese tercio alcanzaría, por ejemplo, para “evitar que el Congreso dé vuelta un veto”.
El director de Poliarquía evalúa que el Gobierno nacional puede obtener el año próximo “la primera minoría con el resto del sistema político muy fragmentado, con menos de 40 puntos nacionales. Pero si el nivel de actividad crece, puede hacer el Gobierno una gran elección y sacar más de 45 puntos”.
La incógnita principal de Catterberg es el conurbano bonaerense, donde los niveles de pobreza son muy altos, el kirchnerismo tiene una presencia muy fuerte y a Cristina Kirchner le irá “muy bien”. “Ella representa un desafío pero también una oportunidad, porque es una figura desprestigiada y que representa lo viejo. Pero una muy buena elección del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires puede regenerar fantasmas y que vuelva a subir el riesgo país”.
“Todo indica que Cristina va a ser candidata y que vamos a tener PASO. Eso significa que ya estamos en la previa de la campaña electoral, porque los plazos se vencen el 15 de mayo. Va a ser un verano de mucha negociación. Vamos a tener 23 elecciones diferentes más la de Buenos Aires, y con el Gobierno nacional desarrollando distintas estrategias”, vaticinó.
El estancamiento y la minería
-Mendoza ha sido antiminera pero ahora hay una apuesta muy fuerte a la minería ¿Hay una veta real allí para el crecimiento de la provincia?
-Lo que surgía de los estudios que hacíamos en Mendoza era la sensación de que en términos relativos la provincia se iba quedando o se iba atrasando frente a sus vecinos, en los que veía progreso. Hace varios años los mendocinos empezaron a ver que la provincia estaba estancada. La minería es una realidad muy importante y hay provincias que tienen beneficios sociales y económicos muy importantes. Las primeras inversiones van a ocurrir en energía o minería. Mendoza se puede beneficiar de eso y, si hay recuperación económica, va a impactar en todos los niveles. Posiblemente tarde más en sentirse en el conurbano de las grandes ciudades, donde no derrama tanto lo que pase en minería, campo o en Vaca Muerta.
