Alberto Fernández viaja a Bruselas en medio de la negociación entre la UE y el Mercosur

El presidente será parte de una cumbre de jefes de Estado que se llevará a cabo en la capital belga lunes y martes. Además, tendrá reuniones bilaterales con el canciller alemán Olaf Scholz, entre otros mandatarios.

Alberto Fernández viaja a Bruselas en medio de la negociación entre la UE y el Mercosur
Alberto Fernández viaja a Bruselas para una cumbre de Jefes de Estado. Archivo / Los Andes

El presidente Alberto Fernández participará el lunes y martes próximos de la III Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrollará en Bruselas, Bélgica, donde se buscará la firma de un memorándum de entendimiento sobre temas energéticos, con el telón de fondo de la controversia en relación al demorado acuerdo entre el bloque europeo y el Mercosur.

El acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, alcanzado en principio en 2019 después de dos décadas de negociaciones, aún debe ser ratificado y las negociaciones vienen demoradas, debido a las exigencias medioambientales relativas al sector agropecuario agregadas en marzo pasado por la UE.

“La UE tardó desde mitad de 2019 hasta fines de febrero de este año para enviar su documento adicional sobre ambiente; es decir que ellos se tomaron casi cuatro años para escribirlo; lo presentaron acá a fines de febrero”, recordaron a Télam fuentes del Gobierno argentino.

Argentina, Uruguay y Paraguay reaccionaron sobre ese documento, y Brasil pidió un poco más de tiempo, en el marco de un cambio de gobierno y de perspectiva de la nueva gestión, y desde ese momento están trabajando los textos.

Hace dos semanas, cuando Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia protémpore del Mercosur en Puerto Iguazú, el presidente de Brasil replico la carta de la UE en la que expuso sus condiciones para el acuerdo y consideró que el texto contiene “amenazas de sanción”, en particular en relación a los temas ambientales.

“Han pasado más de cuatro meses; no es un retraso enorme y es importante que podamos revisitar este acuerdo, sin reabrirlo, pero reconsiderando cómo hacer para que las dos regiones se vean beneficiadas por el acuerdo”, añadieron las fuentes argentinas. La Presidencia Pro Témpore del Mercosur pasó a Brasil y se aguarda la respuesta de ellos, dijeron en el Gobierno nacional, en relación -por un lado- al ‘side letter’ europeo sobre ambientes y por otro lado a los dos cartas presentadas por la Argentina vinculados con pequeñas y medianas empresas, transición energética y ambiental y constitución de cadenas birregionales de valor, dos iniciativas que ya tienen el visto bueno de Paraguay y de Uruguay.

“Luego de esto hay que ver con todos estos elementos cómo se consolida una posición única Mercosur, que es en lo que venimos trabajando y bastante bien”, completaron en Balcarce 50.

En el contexto de la cumbre en Bruselas, Alberto Fernández y la titular de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, dialogaron sobre el acuerdo el pasado 14 de junio en Buenos Aires.

“Queremos un acuerdo con la UE que balancee las economías de cada una de las regiones y que tenga en cuenta las asimetrías que existen objetivamente para preservar el desarrollo propio de nuestra región”, dijo en esa oportunidad el mandatario argentino.

Luego, en la cumbre del Mercosur en Puerto Iguazú, Fernández exhortó a sus pares de la región a “integrarse al mundo no solo como proveedores de materias primas sino como exportadores de productos elaborados”, y dijo que aspira a que las negociaciones en marcha con la UE “arrojen resultados equilibrados para todas las partes”.

Por su parte, el presidente de Brasil dijo esta semana que la cumbre en Bruselas es “un encuentro extremadamente importante, porque puede ser el pilar para que podamos concluir el tan soñado acuerdo hace tantas décadas entre el Mercosur y la Unión Europea”.

Esta semana, en un seminario realizado en Buenos Aires, abogó por lo mismo la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca, para quien el acuerdo entre los dos bloques “es una oportunidad para la Unión Europea y también una oportunidad para el Mercosur”.

En ese mismo seminario, la embajadora española en la Argentina, María Jesús Alonso, dijo que confía que la cumbre de Bruselas sirva de “estímulo para revitalizar” la relación entre las dos regiones, a lo que se sumó el embajador de España en Francia, Victorio Redondo Baldrich, quien propuso fijar “una hoja de ruta” para culminar el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.

No obstante, Francia mantiene su rechazo a la ratificación del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur porque es “extremadamente exigente” en los acuerdos comerciales para que se incorporen los principios climáticos internacionales y las llamadas “cláusulas espejo” para que los productores de ambos bloques “estén sometidos a las mismas reglas”, indicaron esta semana fuentes del Gobierno galo.

En tanto, por la guerra en Ucrania, los países europeos redujeron la importación de petróleo y gas ruso, y la intención de la UE es buscar un socio en América Latina en donde se ubica el llamado Triángulo del litio, conformado por la Argentina, Bolivia y Chile, que cuenta con casi el 65 por ciento de las reservas mundiales.

En ese sentido, Europa pretende apoyar el desarrollo de las cadenas de valor e impulsar la participación de firmas europeas como proveedoras de baterías de litio para depender menos de China, al que ven “con preocupación” por el acercamiento comercial a América Latina y por el modelo de producción adoptado por empresas de ese país.

Cuando estuvo en Buenos Aires el mes pasado, Von der Leyen dijo que la estrategia de la UE con los países miembros de la Celac incluye “aumentar la inversión mediante una estrategia global Gateway, un plan de inversión de infraestructura, por el cual el bloque invertirá 10.000 millones de euros en Latinoamérica y el Caribe, que se va a completar con contribuciones adicionales de los Estados miembro y de inversores del sector privado”.

En el marco de esa visita, Fernández y Von der Leyen firmaron un Memorándum de Entendimiento de Asociación Estratégica sobre Cadenas deValor Sostenibles en Materias Primas entre la Argentina y Europa; y el embajador de la UE en la Argentina, Amador Sánchez Rico, adelantó el martes pasado en Buenos Aires que esperan cerrar otro acuerdo sobre energía, al margen de la cumbre del lunes y martes en Bélgica.

Además, el jefe de Estado argentino había remarcado la importancia de que la nueva normativa derivada del Pacto Verde de la UE se realice en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se base en evidencia científica, a fin de asegurar que no constituya un medio de discriminación arbitrario o injustificable, o una restricción encubierta al comercio internacional.

Ese pacto, acordado por la UE en 2019, entrará en vigor a fines del próximo año y establece una serie de medidas que apuntan a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% de acá a 2030 en comparación con los niveles de 1990.

La UE dejará de comprar productos que provengan de zonas de deforestación, además de plantear una reducción del 50% en el uso de pesticidas, fertilizantes y productos veterinarios para dentro de siete años.

Además, uno de los temas ríspidos de la declaración de Bruselas puede llegar a ser el de la guerra en Ucrania.

En aquel encuentro, Von der Leyen agradeció en dos oportunidades el “apoyo inquebrantable” de la Argentina dentro del sistema de las Naciones Unidas.

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