Este miércoles se reanudó el megajuicio al exjuez federal Walter Bento, acusado de liderar una asociación ilícita que operaba con el fin de cobrarle coimas a imputados por beneficios judiciales. En el inicio de la audiencia, su defensa elevó un pedido al Tribunal Oral Federal N° 2 por “temor” a su seguridad y lograron el resultado buscado pero de forma temporal.
En las semanas que se lleva adelante el debate oral, el exmagistrado es trasladado desde la Cárcel Federal de Cacheuta hasta la sede judicial de calle España y luego permanece alojado durante dos noches en la Unidad Penitenciaria 32, ubicada en el mismo edificio. Por ejemplo, en esta semana debiera pasar miércoles y jueves, para retornar al complejo de Luján recién el viernes.
En ese marco, la defensa utilizó a su favor una medida que tomó el TOF N° 2 a fines de diciembre, a pedido del director de la U32, Julio Lalanda. El funcionario había solicitado a las juezas que no se le permita el uso del celular ni computadoras en la sala de debate, por riesgo de que pueda “realizar todo tipo de transacciones y/o organizar actos de violencia” desde plena audiencia.
Además, explicó que esto demanda un esfuerzo mayor del personal de seguridad para evitar que los utilice con esos fines. Finalmente las juezas aceptaron el pedido y definieron que sus abogados deberían solicitar permiso para que pueda tener un celular o una computadora durante el debate, con motivos vinculados específicamente a las causas.
Entonces la defensa utilizó el requerimiento de Lalanda como una amenaza, para evitar que el exjuez duerma en los calabozos de Tribunales cuando se desarrollen las audiencias y pueda volver inmediatamente a su celda de la cárcel del pedemonte lujanino.
El abogado Felipe Salvarezza le manifestó a la jueza Gretel Diamante al comienzo de la audiencia: “Nuestro asistido teme por su seguridad, cuando está alojado en la U32, producto a la nota que suscribió el alcaide mayor Lalanda y que motivó una decisión del Tribunal que fue oportunamente impugnada por esta parte”.
Y agregó: “Lo cierto es que él considera que, de ningún modo está garantizada su seguridad en la U32, por lo que solicitamos que después de cada audiencia sea reintegrado al Complejo Penitenciario Federal y trasladado nuevamente en el día de mañana. Y así sucesivamente”.
Después del cuarto intermedio del mediodía, las juezas retornaron al debate con una definición sobre el pedido y acordaron que los cuatro detenidos de la cárcel federal que asisten al debate retornen hacia el complejo penitenciario después de esta audiencia, pero no fue por una cuestión expresa de seguridad, sino por las condiciones extremas de calor que atraviesa la Provincia y el condicionamiento del calabozo.
“Se ha resuelto que se van a trasladar a todos los detenidos. Mañana salen por videoconferencia (Luciano) Ortego, (Walter) Bardinella y (Gabriel) Moschetti. Y el doctor Bento va y vuelve todas las jornadas”, sostuvieron desde el Tribunal.
Y la jueza Diamante aclaró: “Es lo que se ha resuelto a título excepcional por las condiciones climáticas que se atraviesan actualmente y el problema de acondicionamiento que hay en la U32″.
Además se dio paso a la lectura de una respuesta del director de la U32, Julio Lalanda, a propósito de lo expuesto por el abogado Salvarezza. El funcionario expresó que “esta dirección lleva a su conocimiento que las medidas de seguridad dentro del establecimiento se encuentran plenamente garantizadas en cuánto a la totalidad de la población penal alojada, para lo que se ha organizado e instruido al personal que presta servicio en la división de seguridad interna tanto en el área de Jefatura de Turno, como control y registro”.
“Por lo que la seguridad de los detenidos estando en su sector de alojamiento, como al ser trasladados dentro del edificio se encuentra prevista a los efectos de que a ninguno de ellos sea vulnerado”, aseguró.
Y aclaró que la nota cursada desde esa dependencia hacia el Tribunal el 27 de diciembre del año pasado, requería “velar por la seguridad de los imputados, funcionarios del Tribunal y del público presente en la sala de audiencias, destacando que es el único ámbito en el que de no cumplirse con ciertas medidas podría correr peligro la integridad de las personas”.
Además, agregó que de la misma forma que le solicitó el retiro de los teléfonos celulares para Bento y otros imputados, al personal penitenciario le prohibió que ingresen a la sala del debate con celulares, para salvaguardar la privacidad de los imputados por la “relevancia mediática” que tiene el juicio.
Moschetti habló de un contacto de Aliaga con Bento
El comisario Gabriel Moschetti, imputado como miembro de la asociación ilícita que presuntamente encabezaba Bento, respondió preguntas del Ministerio Público Fiscal en la continuidad de su declaración indagatoria.
El exjefe de Narcocriminalidad del Valle de Uco apuntó a un supuesto complot del comisario Marcelo Rivera y su esposa, la subcomisario Verónica Abaca, para despojarlo de su cargo, debido a que ellos dos lo involucraron en la causa por haber descubierto contactos con el presunto mano derecha de Bento, Diego Aliaga, y el narcofinancista Walter Bardinella Donoso.
Después de asegurar que ambos eran sus informantes y que las reuniones que mantenía con ellos, eran plenamente informadas a su superior Rivera, relató que una noche se reunió con los dos en un restaurante y luego fueron hasta la casa de Aliaga, él por su lado en un móvil civil de la policía.
El comisario aseguró que en la casa de Aliaga, este se retiró por unos 3 minutos hacia el patio y retornó con ellos, comentándole que había hablado con el juez Bento. “Aliaga salió tres minutos al patio y cuando regresa, dice que habló con el Juez”.
Vale decir que para la Fiscalía, Moschetti es considerado la “pata policial” de la banda y en vez de recibir información para investigar actos delictivos, haría todo lo contrario: dotaría de datos a la banda para evitar allanamientos.
Entonces la fiscal Gloria André le repreguntó si no le llamó la atención que un hombre vinculado al contrabando, tuviera contacto directo con el Juez, para proceder a investigarlo y respondió: “Simplemente no le creí. Aliaga siempre decía que conocía a todo el mundo, no solo al juez. Sino también al jefe de la AFIP, al de la Policía federal”.
“Que yo hable sobre Bento no quiere decir que lo conocía. Se volvió riendo diciendo que hablo con el Juez, pero en ningún momento le pregunté nada. Todo lo que salió de acá, lo he dicho yo. Si yo no lo hubiese dicho, nadie se hubiera enterado de nada”, se defendió Moschetti.
La fiscalía detectó una contradicción con la declaración que había dado Moschetti en la Instrucción. Él había manifestado: “Siempre Aliaga hacía referencia a tener contacto con el juez Bento y el tema del Juzgado. Al principio no le creía y decía, pero después a medida que se iban realizando los procedimientos con camiones que se iban secuestrando… él siempre hacía referencia, me decía: ´no me digas nada yo ya sé´. Al final me di cuenta que Aliaga tenía relación con el Juez y el juzgado por los allanamientos”.