El presidente, Javier Milei, tiene previsto mudarse hoy a la Quinta de Olivos, marcando un hito en su presidencia al residir y trabajar principalmente en la histórica residencia oficial.
Casi un mes después de asumir el cargo, Milei dejará atrás el Hotel Libertador, donde ha vivido a tiempo completo desde la primera vuelta electoral del 22 de octubre. La mudanza a Olivos, sin embargo, no incluirá a sus “hijitos” mastines, ya que las adaptaciones necesarias para albergar a estos grandes perros aún no han sido completadas.
“Mañana (por hoy) me instalo en Olivos. Ya me instalo en Olivos. Lo que pasa es que todavía no se pueden mudar mis hijitos porque sucede que los mastines son muy grandes. Es más, salieron excedidos respecto al promedio de la raza”, explicó Milei en Radio Mietre.
Y amplió: “Son demasiado grandes. Hay uno que mide dos metros en dos patas. Milton mide dos metros, y pesa más de 100 kilos. La casa que podíamos adaptar para que ellos estén no es una construcción muy fuerte, como para que estén los caniles de hierro y todas esas cosas. Y necesitábamos hacer refuerzos de paredes y demás y esos materiales son importados”.
Milei planea pasar la mayoría del tiempo de trabajo en la Quinta de Olivos y reservar los martes y jueves para reuniones de gabinete en la Casa Rosada. “No voy a usar el helicóptero y voy a trabajar en general en Olivos y voy a ir los martes y los jueves a la Rosada, que son los días que estamos teniendo reuniones de gabinete”, concluyó.
Según supo La Nación, previo a su llegada, la casa principal fue pintada y se llevaron colchones nuevos. El traslado solo incluiría la llegada del mandatario y sus prendas personales, y garantizará que la Quinta de Olivos siga en manos del Estado, ya que la cesión de la familia propietaria incluía la obligatoriedad de que los presidentes vivan en el lugar.