Este sábado se cumplen diez años del fallecimiento del fiscal Natalio Alberto Nisman, hallado muerto el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero. Su muerte, calificada por la Justicia argentina como un homicidio, ocurrió horas antes de que presentara en el Congreso una denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández (2007-2015) por presunto encubrimiento a funcionarios iraníes vinculados al atentado contra la AMIA en 1994, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. La Fiscalía que investiga el caso reafirmó recientemente que Nisman fue asesinado debido a su labor en esta investigación.
En conmemoración, se realizarán dos actos homenaje. El primero será hoy, sábado 18, a las 18 horas en Avenida Belgrano y Alicia Moreau de Justo, organizado por Equipo Republicano. Entre los oradores estarán Waldo Wolff, ministro de Seguridad porteño; Álvaro de Lamadrid, exdiputado nacional; el periodista Daniel Santoro; y María Eugenia Talerico, exvicepresidenta de la UIF.
El segundo acto, organizado por la AMIA, tendrá lugar el lunes 20 de enero a las 18 en Pasteur 633, donde participarán la jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa de Nisman; el periodista Joaquín Morales Solá; el presidente de la AMIA, Amos Linetzky; y nuevamente Wolff. “En este acto no solo reconoceremos la labor incansable del fiscal en la búsqueda de justicia, sino que reafirmaremos nuestro compromiso con los principios de verdad y justicia”, destacó Linetzky.
La AMIA subrayó en su convocatoria que el legado de Nisman simboliza una lucha contra el terrorismo fundamentalista y un pedido constante de justicia. Linetzky añadió: “Es nuestro deber recordar los valores con los que llevó adelante su trabajo y exigir el esclarecimiento total de un crimen que sigue pendiente diez años después”. Las personas interesadas en asistir al acto deben inscribirse previamente enviando sus datos personales al correo rsvp@amia.org.ar.
La denuncia de Nisman señalaba que el gobierno de Cristina Fernández habría negociado un acuerdo con Irán que implicaría beneficios comerciales a cambio de reducir la presión judicial sobre altos funcionarios iraníes y miembros de Hezbollah, sospechosos del atentado contra la AMIA.