Desbaratar un asalto y recuperar los bienes robados a una empresa de encomiendas en Guaymallén les tomó a los policías al menos siete horas. A pesar de tener apresados a tres sospechosos y de constatar que los elementos robados estaban en una vivienda del asentamiento Castro, debieron esperar durante horas la resolución de una jueza para allanar la propiedad ante la negativa de una ayudante fiscal.
Alrededor de las 10.30, tres sujetos armados con una pistola (luego se constató que se trataba de una réplica) y un cuchillo de grandes dimensiones sorprendieron a dos empleados de la empresa Andesmar Cargas que trasladaban un sommier, un lavarropas y un horno en una camioneta Mercedes Benz Sprinter. Los delincuentes se apoderaron de esos objetos y de una tablet y tres teléfonos celulares que tenían las víctimas, según precisaron a Los Andes fuentes policiales.
Una vez alertados del hecho, efectivos de la Unidad Motorizada de Acción Rápida (UMAR) y de la comisaría 44 iniciaron un intenso rastrillaje por el asentamiento Castro donde, de acuerdo a testigos, se habían escondido los asaltantes.
Cuando llegaron al lote 63 de ese asentamiento, los "hombres de negro" observaron cómo dos jóvenes escapaban por los techos mientras que un tercero intentaba ocultarse en un cañaveral cercano. Luego de sortear las piedras que les arrojaban algunos vecinos, los uniformados lograron capturar a los sospechosos. En el intento, un policía de la comisaría 44 resultó herido en una mano.
Mientras los sospechosos -identificados con los alias "Waltiño", "El Baby" y "El polluelo"- eran alojados en los calabozos de la comisaría 44, los efectivos de UMAR lograron observar que en interior de una precaria vivienda se encontraban los elementos denunciados como robados.
Por eso solicitaron a la Oficina Fiscal 9 una orden de allanamiento. Pero, según denunciaron los policías a este diario, la ayudante fiscal Eugenia Montesinos se opuso a librar tal orden.
Las horas pasaban mientras los policías seguían apostados en el asentamiento, soportando el calor y las agresiones de algunos de los habitantes. Finalmente, tras sortear una serie de engorrosos procesos, fue la jueza María Alejandra Mauricio la que libró la orden de allanamiento y les permitió a los uniformados recuperar los objetos robados, cuando ya eran más de las 17.
Según explicaron los policías, la villa Castro es una de las barriadas más calientes de Guaymallén. Las denuncias e investigaciones realizadas en la zona dan cuenta de que delincuentes de ese asentamiento tienen a maltraer a vecinos de los barrios aledaños como el Avenida Sur, el Quintanilla, el Floresta y el Virgen de Luján.