En la recta final de su investigación está el crimen de un carpintero durante un asalto en Guaymallén, causa que ya tiene fecha para culminar en un juicio por jurados. La víctima del hecho fue Juan Carlos Moya (62), ultimado de un balazo en su casa en el año 2017.
Hace días se realizó la última audiencia prevista en el expediente, en la cual se acordaron los detalles restantes y se sorteó al jurado popular que definirá la suerte de los tres sospechosos.
A partir del lunes 2 de agosto próximo y hasta el viernes 6, doce ciudadanos decidirán el futuro de Diego Vildoza (44)-conocido como el “prófugo más buscado”-, Francisco Agüero (49) y Lucas Villanueva (40), todos imputados por homicidio criminis causa. Esta hipótesis quiere decir que habrían matado a la víctima para garantizar la impunidad en el robo que intentaban cometer.
El fiscal que instruyó el caso y que acusará en el debate será Gustavo Pirrello, mientras que Gonzalo Guiñazú estará como juez técnico. Los detenidos arriesgan la pena de prisión perpetua.
Baleado en su hogar
Moya murió en la tarde del 4 de noviembre de 2017 en su vivienda de calle Gutenberg de Villa Nueva. Un grupo de delincuentes llegó hasta el lugar con el dato de que el carpintero recientemente había cobrado un trabajo por $20.000.
Los ladrones ingresaron a la propiedad haciéndose pasar por clientes que iban por una consulta y fueron recibidos por el hijo del señor.
El trabajador se levantó de su siesta para atenderlos y allí se encontró con que estaban armados y le exigían dinero. Se resistió al atraco y se defendió con un machete, recibiendo un disparo en el pecho y otro en una pierna; instantes después, murió.
Los atacantes escaparon sin el dinero y en su fuga perdieron una pistola 9 milímetros, que fue recogida por el hijo de Moya. El arma fue entregada a la Policía y las pericias que realizaron sobre ella les permitió a los investigadores llegar hasta un hombre que la había utilizado en otro hecho.
A este muchacho lo detuvieron pero luego fue liberado por falta de pruebas, incluso con una rueda de reconocimiento en la cual no fue señalado. Antes de quedar desvinculado, confesó a quién le había cedido la pistola.
A partir de esta declaración se concretaron las detenciones de Agüero, quien sería el autor material, Villanueva y Vildoza, a un año del asesinato. El último mencionado en su momento presentó una coartada que fue avalada por un juez y logró la libertad meses después.
Aunque para fines de 2018 el sospechoso ya estaba otra vez con pedido de arresto por nuevas pruebas: cruce de llamadas con los otros acusados el día del crimen, su celular fue detectado en esa jornada cerca del domicilio del fallecido y había ADN suyo en el Ford Fiesta utilizado por la banda de malvivientes.
Cinco meses Vildoza estuvo siendo buscado, con ofrecimientos de recompensa económica y con la presunta ayuda del policía Diego Salinas, que fue imputado por encubrimiento agravado,
Finalmente, este hombre fue atrapado en febrero del 2020 en Maipú. Los pesquisas creen que él y Villanueva durante el asalto fatal esperaban afuera de la vivienda a bordo del vehículo señalado, y que Agüero y otro sujeto estuvieron en la escena.
En este contexto y llegando al juicio, a la causa aún le falta la detención de ese acusado que también habría estado en el interior de la propiedad. Se trata de Miguel Ángel Donoso, sindicado por diversos elementos, aunque todavía prófugo de la Justicia y con pedido de captura nacional e internacional.