Pruebas testimoniales, genéticas y epiteliales, además de muestras relacionadas con tiempos, distancias y lugares, resultaron contundentes para determinar la liberación de los tres sospechosos que habían sido acusados de violar en manada a una joven francesa en una finca de Tunuyán, el pasado 18 de agosto.
Según explicaron a Los Andes fuentes ligadas a la investigación judicial, existieron cuatro pruebas fundamentales que sacaron del foco de la lupa a los acusados.
La primera tiene relación con el testimonio de una persona que a las 11.30 del día del hecho vio a los tres jóvenes trabajando en una finca. Teniendo en cuenta que el episodio se produjo alrededor de las 12, “resulta imposible que esa distancia pudiera haberse sorteado en media hora aunque el vehículo hubiera circulado a 160 kilómetros por hora”, graficaron fuentes judiciales.
En segundo lugar, se adjuntó la declaración de un psicólogo que trata al menor de los acusados por un tema de adicciones, tratamiento que había sido dispuesto por el Juzgado Penal de Menores. Este profesional aclaró que también a las 11.30 se entrevistó con uno de los imputados (el menor) quien lleva a cabo un tratamiento por adicciones.
Cabe aclarar que este profesional depende del Estado y su declaración resultó “casual”, teniendo en cuenta que se acercó al lugar por un motivo ajeno a la situación.
Finalmente, se tuvo en cuenta un dato fundamental: el ADN hallado en la campera de la víctima no coincidiría con el de los sospechosos.
Sobre el porqué de las detenciones, las fuentes subrayaron que jugó un papel esencial el reconocimiento a través de fotografías que la joven francesa realizó poco después de haber realizado la denuncia.
En este contexto, se extrajo compulsa penal para investigar si en este caso la Policía “marcó” a estos sospechosos, como suele decirse en la jerga policial. Hasta el momento esa hipótesis se maneja con fuerza.
Además, pudo saberse que la joven también habría reconocido a los imputados a través de una foto que le llegó a su novio poco después del aberrante hecho.
El abuso sexual conmocionó a Loteo Dante, un paraje tranquilo donde todos se conocen. Se dijo que los acusados tenían frondosos prontuarios e, incluso, que tenían vista a la chica. Fue así que los vecinos realizaron una protesta en la vivienda de dos de los sujetos detenidos –hermanos- arrojando piedras y quemando pertenencias.
Esa vivienda que compartían con su madre y dos hermanas menores se emplaza en la misma calle Lugones, donde también vive la víctima. Eso generó más sospechas.
La mujer, nacida en Francia y radicada en Mendoza desde 2015, trabaja en una quinta orgánica donde se elaboran dulces y conservas.
Ese mediodía caminaba por el corredor productivo de la ruta 99 y en una zona desolada y rodeada de fincas, casi al límite con Tupungato, fue abordada y abusada sexualmente.
“Estamos hartos de convivir con esta gente que siempre anda en problemas. Parece que busca los conflictivos”, se quejó Marcela, una vecina, en aquel momento.
Lo cierto es que por estas horas el pueblo está confundido. Aparentemente estos jóvenes nada tuvieron que ver con el hecho, aunque siguen siendo investigados.
Resta entonces investigar quiénes fueron los autores, que presuntamente andan sueltos.
Las fuentes judiciales anticiparon que se continuará con la investigación, aunque por el momento no se evalúan otras hipótesis.
