La justicia condenó a la ex empleada Noralí Hornz (34), la empleada judicial que estafó a sus compañeros de Este provincial, utilizando sus nombres para sacar préstamos personales.
La mujer que, tras ser imputada se recibió de abogada, se sometió el viernes a un juicio abreviado, luego de que el fiscal Gustavo Jadur llegara a un acuerdo con la defensa de Hornz.
La mujer se declaró culpable de 37 casos de estafa, falsificación de documento público y de instrumento privado y recibió una pena de 3 años en suspenso, media que fue refrendada por el juez Gabriel Gragagnolo.
Una larga serie de estafas
El caso explotó el 26 de abril de 2022, cuando una empleada judicial del Este fue a sacar un préstamo personal en el banco Nación y allí le dijeron que tenía dos créditos en financieras pero que ambos habían sido cancelados. Esa fue la primera denuncia que llegó a manos de la justicia.
Noralí solicitaba datos personales a sus amigos y allegados para hacer una encuesta para la facultad, entonces los estafados les pasaban fotos de sus documentos. Con estos datos, la mujer fraguaba bonos de sueldos y los presentaba en compañías financieras, solicitando sumas que iban desde los 100 mil a los 800 mil pesos.
“Estoy haciendo una encuesta con abogados y procuradores sobre una tesis que estoy armando. Son 3 preguntas. Si querés te las respondo yo, muchos me han pedido eso, jajaja. Pero necesito acreditar que el encuestado existe y que no lo inventé. Por eso me piden fotos del DNI. Si me podés hacer el aguante te pongo como encuestado y me mandás las fotos. Avisame. Gracias y perdón por las molestias”, le dijo la mujer a una de sus compañeras a través de un mensaje que luego sirvió para imputarla.
Tras la denuncia de la primera estafada se corrió la voz y más de 30 personas que trabajan en el Poder Judicial y en el Ministerio Público Fiscal, denunciaron casos similares.
“Estoy cancelando todo. No estoy desaparecida por hija de p... y porque los voy a cagar a todos. Estoy pidiendo plata. Lo hice porque mi mamá tenía tantas deudas la casa que se la iban a hipotecar y la iban a dejar en la calle. Era 2 millones y medio de pesos que se le debía a un usurero que la amenazaba, la perseguía; mi mamá vive sola. Con mi marido he vivido problemas de plata y discusiones por cubrirla a mi vieja. Entonces dije me las arreglo sola, total pago al día las cuentas y no va a pasar nada. Porque no he puesto a nadie en el veraz”, decía la denunciada durante los días en que se encontraba prófuga de la justicia. Luego se entregó, fue imputada y quedó en libertad.