Un testigo que prestó declaración testimonial fue la pieza clave para hallar el cuerpo que ahora se analiza para corroborar si es el de Florencia Romano, la adolescente que había desaparecido el sábado.
Según explicaron los fiscales Fernando Guzzo y Claudia Ríos, dos abogados se presentaron en representación de un hombre que aseguraba tener datos para aportar a la investigación. Inmediatamente se lo citó a declarar y fue allí que contó que Pablo Ramón Arancibia, uno de los imputados por femicidio, le pidió ayuda para que deshacerse del cuerpo de un animal muerto que tenía en su casa.
La fiscal de homicidios, Claudia Ríos, contó en conferencia de prensa que el testigo señaló que el imputado lo contactó y le dijo textualmente: “¿Me llevás a dejar una bolsa con un perro?”. Con esa excusa lo ayuda a trasladar supuestamente a un animal muerto y aseguró que no tuvo contacto con el bulto trasladado.
Sin embargo, según le contó a los fiscales, al pasar los días comenzó a sospechar del pedido de Arancibia y al ver que en los medios la desaparición de Florencia Romano tomaba más protagonismo decidió conseguir un abogado y presentarse ante la justicia.
Su declaración fue lo que derivó en el trabajo de rastrillaje que finalmente alrededor de las 18.30 dio con un cuerpo envuelto en una sábana, dentro de una bolsa y tirado en una acequia.
Mientras eso ocurría, en la Fiscalía de Homicidios se imputaba por el femicidio de Florencia Romano a Pablo Ramón Arancibia y a Micaela Estefanía Méndez.
Para no revelar la identidad de este testigo, no se brindaron detalles del vínculo que lo une a los imputados. Más temprano, amigos de la familia de Florencia Romano contaron a los medios que se trataba de un remisero al que le pidieron ayuda.
