Un niño perdió un brazo al ser atacado por pitbulls: “No era la primera vez que lo sacaban a robar”

Ocurrió en Santiago del Estero. Su abuelo aseguró que dos hombres adultos habían mandado a su nieto a robar una jaula de pájaros.

Un niño perdió un brazo al ser atacado por pitbulls: “No era la primera vez que lo sacaban a robar”
Gentileza TN

Un nene de 13 años perdió su brazo izquierdo al ser ataco por perros pitbulls cuando ingresó a robar una casa en Santiago del Estero. Tras el ataque, su abuelo lo defendió y aseguró que detrás del intento de robo hay dos hombres adultos.

Todo empezó la madrugada del miércoles pasado en la intersección de las calles Chacho Peñaloza y Vera Cruz. El chico atravesó un alambrado perimetral que cercaba un campo de deportes donde funcionan canchas de fútbol 5.

Según informó Todo Noticias, el menor quería robar una jaula con pájaros. Sin embargo, no advirtió la presencia de los perros hasta que fue muy tarde. Los animales lo atacaron ferozmente y tras escuchar los gritos de auxilio, el dueño salió a ver qué pasaba.

“Me levanté al escuchar un ruido muy fuerte, con gritos, llantos y ladridos. Golpeaban la puerta de mi casa, constantemente y con insistencia. Abro y encuentro a la criatura herida. Le pregunté qué hacía ahí y me dijo que otras personas lo hicieron saltar para que entrara a robar y se encontró con los perros”, dijo el propietario.

Inmediatamente lo llevó al hospital Regional. El chico sufrió la amputación del brazo izquierdo y múltiples heridas en cabeza, piernas, brazos y torso. Sin embargo, logró sobrevivir y este miércoles recibió el alta.

En dialogo con Todo Noticias, el abuelo del menor dijo que dos hombres habían incentivado al chico para que entrara a robar. “A mi nieto lo entregaron. Unas personas que andan por acá le dijeron que se habían olvidado unas jaulas en el predio. Lo hicieron trepar y ni siquiera le avisaron que adentro lo esperaban tres pitbulls”, dijo Mario Castaño.

“Acá todos sabemos quiénes son y no era la primera vez que lo sacaban a robar. Le enseñaban a hacerlo y le daban monedas. Como es livianito y es menor, les servía. Se aprovechaban de que el ‘changuito’ no le hacía caso a la mamá”, explicó.

“El otro día, mi hija cruzó la calle y ellos aceleraron la moto y se reían. Nosotros no queremos hacer justicia por mano propia. Queremos que en la fiscalía nos den alguna solución”, dijo Castaño en relación a los sospechosos.

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