Tres años de prisión de ejecución condicional en juicio abreviado es lo que recibió un comerciante que prometía grandes márgenes de ganancias a quienes invirtieran en el mercado del hierro.
Andrés Sarmiento Grilli (38), fue condenado a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional por el delito de estafas genéricas en instancia de juicio abreviado acordado por las partes. En total fueron 19 causas de características similares que fueron investigadas por la fiscal de la Unidad Fiscal de Delitos Económicos, Susana Muscianisi, informó hoy el Ministerio Publico Fsical.
El hombre se presentaba como influyente en el mercado del hierro y prometía un negocio muy redituable a quienes realizaran inversiones a través suyo, método con el cual acumuló más de $11.000.000 que no devolvió. La sentencia del Juez Gabriel Bragagnolo, obliga al ahora condenado a ofrecer un acuerdo resarcitorio a cada una de las víctimas, para evitar ir a la cárcel.
El fallo indica que la condena de 3 años en suspenso tiene las siguientes condiciones: “hasta el plazo máximo a vencer el día 31 de marzo del corriente, deberá acreditar haber realizado a cada una de las víctimas un ofrecimiento resarcitorio”.
En caso de que las víctimas acepten las condiciones de compensación, el condenado tendrá un plazo máximo de 18 meses para el cumplimiento. Intertanto, tiene prohibición de salir del país durante 3 años y tampoco podrá salir de la provincia sin una autorización judicial.
El fallo resuelto por el juez Bragagnolo no le deja más margen para evasivas al ahora condenado: el 31 de marzo será el último día que tiene para ofrecer un resarcimiento a cada una de las 19 víctimas que lo llevaron a la justicia, condición que debe cumplir sí o sí para continuar en libertad. Uno por uno, los damnificados aceptarán o no el acuerdo que tendrá un plazo máximo de 1 año y medio para su cumplimiento
Las estafas
Una relación de previa confianza por algún negocio previo o recomendación. Esa era la llave de entrada que utilizaba Sarmiento Grilli para engañar a sus víctimas. De las denuncias se desprende que el hombre se presentaba como un gran conocedor del mundo de los negocios y las inversiones en el mercado del hierro. Prometía a los potenciales inversores grandes márgenes de ganancias. Una de las denuncias describe que Sarmiento “recibió de la víctima la suma de $300.000 para invertir en la compra de hierro ACINDAR traído del sur y de Córdoba a precios muy ventajosos para la reventa”.
Los acuerdos comenzaban a gestarse, generalmente, en conocidos cafés céntricos. Luego, se terminaban de concretar en los lugares de trabajo o los domicilios particulares de las víctimas o, inclusive, en una escribanía.
Así logró hacerse de más de $11 millones, aunque también mencionaba poder conseguir computadoras, electrodomésticos y aparatos tecnológicos a precios muy convenientes. En este caso, Sarmiento Grilli pedía el dinero por adelantado, pero luego no entregaba lo prometido. A su vez, las víctimas le entregaban el dinero en mano, en pesos o dólares, vía transferencia bancaria y hasta en cuotas previamente pactadas.
Ante la ausencia total de réditos -en caso de los inversionistas en el hierro- y la inexistencia de los elementos que Sarmiento prometía entregar, los reclamantes no obtenían respuesta alguna. “Luego de la operación, dejó de atender los reclamos, perdiendo todo tipo de contacto y comunicación”, dice otra de las denuncias.