Daniel Porro era un enfermero que trabajaba en la clínica Ados de Neuquén y que se contagió de Covid-19 en junio de 2020. Luego de salir de la enfermedad y volver a su casa en el barrio Nueva Esperanza, de la ciudad de Neuquén, Porro comenzaría a recibir diversas amenazas por parte de sus vecinos. Comenzaron a insultarlo desde la vereda reclamándole que se mudara. “Andate porque sos un caso positivo y te vamos a quemar la casa, no queremos gente como vos acá en el barrio”, contó Porro que fueron las palabras de un vecino, quien junto con otro familiar lo amenazaba también con robarle el auto, según su relato a la prensa de lo ocurrido.
Ese mismo día, a media tarde, esa misma persona lo llamó a la vereda y Daniel, ya cansado de recibir amenazas, fue a su encuentro. La situación terminó en más insultos y en una brutal pelea a la que se sumaron más personas. Porro recibió trompadas y patadas, hasta que quedó casi inconsciente.
Mientras el trabajador de la salud se encontraba internado en el hospital Heller, los agresores prendieron fuego su casa, que tenía partes a medio construir, y le robaron su auto, un Fiat Palio. El fiscal sostuvo que tienen elementos que “son objetivos” y permiten decir que Porro “fue agredido y lesionado, que el auto de su propiedad fue robado”.
Poco más de un año después de esa pesadilla, Porro murió de un paro cardíaco. “Nunca se pudo recuperar de aquel rechazo social”, lamentó su papá, Miguel, en diálogo con LM Neuquén.
En tanto, Pablo Vignaroli, fiscal de Neuquén a cargo de la investigación, sostuvo que el 17 de julio en la madrugada, cuando la policía se presentó en el barrio Nueva esperanza y encontró a Porro en la vía pública, “estaba compartiendo bebidas alcohólicas con sus amigos, se habían desconocido y lo habían golpeado”, detalló.
El funcionario también explicó que cuando llegó personal judicial al lugar, el enfermero se negó a ser entrevistado y aclaró que “el mismo reporte policial deja constancia que Porro tenía aliento etílico”. Las dudas surgieron además debido a que, en su denuncia, la víctima no habría relacionado la golpiza a la enfermedad.
Por otro lado, la Justicia investiga los antecedentes del trabajador de la clínica Ados, ya que habría ingresado en oportunidades anteriores en unidades policiales por contravenciones.