Allanaron este miércoles la casa usurpada durante 10 meses en Cariló, Buenos Aires, y encontraron algunos objetos llamativos. Finalmente, y por disposición de la Justicia, los “okupas” dejaron la vivienda.
La denuncia había sido presentada por Viviana Villena, presidenta de la sociedad que tiene la titularidad de este inmueble. Esto activó la investigación con testimonios y revisión de documentos hasta derivar en la salida de sus usurpadores.
El escándalo empezó el verano pasado, cuando la mujer llegó al domicilio y se encontró con dos personas que aseguraban tener un contrato de alquiler por dos años. En los casi diez meses de idas y vueltas judiciales, incluyendo un boleto de compra trucho, los delincuentes pintaron el exterior, construyeron una cascada en una de las esquinas e instalaron dos equipos de aire acondicionado.
El fiscal Eduardo Elizarraga, el mismo que a principios de año no había avanzado con el planteo de quien se presentaba como damnificada, anoche elevó el pedido al Juzgado de Garantía para que se restituya el inmueble a quien certificaba ser su dueña. El juez David Mancinelli, que intervino en el caso, ordenó entonces lo que en la dinámica judicial se conoce como “lanzamiento” o desalojo.
Por la tarde del miércoles, personal policial llegó a la vivienda donde durante la víspera habían permanecido solo cinco personas, entre ellas dos menores de edad. Al anticipar el ingreso, según fuentes de la investigación, solo había un hombre que habilitó el acceso.
En el allanamiento hubo detalles curiosos: una vinoteca de etiquetas de primera línea (200 mil pesos), estantes con variedad de bebidas alcohólicas a granel, desde aperitivos hasta champagne. Packs de gaseosas y varios cajones con mercadería fresca, desde limones y morrones hasta huevos y verduras.
También había un cuadro con Néstor y Cristina Kirchner. Estaba colgado sobre la chimenea, junto al living. En una mesa, además, estaba listo para iniciar juego un tablero de ajedrez, informó La Nación.
“El fiscal por fin entendió que somos los legítimos dueños, quedó claro lo que era evidente”, celebró Villena, que esperaba los últimos pasos para volver a tomar posesión de la casa que la tiene como titular hace dos años y medio.
Según lo que trascendió, los “okupas” tienen domicilio en Mar del Plata. Intentaron justificar con la presentación de un contrato con formato de “cesión de derechos”. Pero para la Justicia no tiene validez si no está determinada en su totalidad esa cadena de cesiones.
El delito de usurpación no prevé la detención de los responsables ya que, de acuerdo al Código Procesal Penal vigente, tienen una pena inferior a los tres años de cárcel.
