Desde hace cuatro días, vecinos del barrio Solidaridad, en Godoy Cruz, han sido testigos de la violencia, expresada con salvajes tiroteos, amenazas, e incendios que ya han afectado a seis viviendas. Incluso los bomberos y policías que se dirigieron a brindar asistencia han sido atacados y también se volvieron víctimas de una ola de venganza, mezclada con viejas rencillas, desatada tras el último asesinato registrado en la provincia.
Alrededor de las 19 de este miércoles, los servicios de emergencias volvieron a activarse. Un nuevo enfrentamiento en la intersección de calles Segundo Sombra y Perón, en el Oeste de Godoy Cruz, generó un nuevo incendio, según confiaron a Los Andes fuentes policiales y vecinos de barrios aledaños.
Una densa columna de humo se distinguía desde unos 500 metros como otra clara muestra de la ferocidad que reina en la zona por estos días. Efectivos que llegaron en varios móviles policiales trataban de contener la situación, mientras bomberos viajaban a toda velocidad para aplacar las llamas, pese a que días atrás fueron atacados a piedrazos por los mismos vecinos.
Otra vivienda sucumbió a las llamaradas. Es la sexta afectada en la serie de ataques. En esta ocasión, estuvo acompañada de una manifestación que obligó al corte del tránsito en el área. Unas 20 personas reclamaban por el esclarecimiento del asesinato y se negaban a abandonar el lugar, mientras el humo que desprendían los neumáticos que había prendido fuego se sumaba al despedido por el incendio y teñían de negro el aire.
Pasadas las 20.15, la manifestación parecía contenida y peritos de bomberos se aprestaban a comenzar las pericias de rigor tras haber sofocado las llamas, precisaron las fuentes consultadas.
El asesinato que desató más violencia
Fue el homicidio Roberto David Karim Tapia, ocurrido el mediodía del último sábado en la manzana “F” del barrio Solidaridad, el que generó la seguidilla de días de furia. El hombre de 30 años ingresó malherido al hospital Lencinas a las 12 y falleció media hora después. Tenía una herida de arma de fuego en el flanco izquierdo de la espalda, con orificio de entrada sin salida, es decir que el plomo había quedado alojado. Además, había sufrido un roce en el brazo izquierdo, según constataron los médicos que lo asistieron.
Según confiaron fuentes de la investigación a este diario, el familiar que trasladó en el auto de un vecino a Tapia a la guardia del hospital fue quien apuntó primero contra los posibles autores del crimen: miembros de la familia Pallero, con quien el hombre habría mantenido una discusión momentos antes de que le dispararan.
Mientras que la esposa de la víctima fatal explicó a los sabuesos que, alrededor de las 11 del sábado, su marido había salido a comprar el desayuno, pero nunca regresó ya que, en el interín, se encontró con su asesino.
Tapia tenía antecedentes policiales, pero no medidas pendientes con la ley. Efectivos de la Unidad Investigativa de Godoy Cruz, que comenzaron a operar en el vecindario tras el asesinato, observaron indicios de disparos y en una vivienda de la manzana “A” constataron impactos de proyectiles.
La violencia apenas empezaba a escalar. A las 14.30 de ese sábado, policías que monitoreaban las cámaras de seguridad informaron que los vecinos del barrio se veían alterados. Simultáneamente, peritos de Policía Científica informaban por la frecuencia que dejaban sin efecto el servicio tras el homicidio debido a la peligrosidad de la zona y que sólo habían logrado el levantamiento de una vaina servida.
Unos 15 minutos después, los efectivos que se movían por el área informaron que unos 40 sujetos intentaban prender fuego un auto, por lo que solicitaron los servicios de Infantería.
Cuando ya eran las 15, los violentos incendiaron una casa ubicada en la esquina de calle Plumerillo y Perón. Afortunadamente, no hubo lesionados pero sí una notable pérdida de bienes materiales. Fue entonces que se pidió la presencia de bomberos voluntarios de Godoy Cruz, quienes fueron agredidos con piedras y elementos contundentes cuando llegaron a combatir las llamas. Las mismas agresiones sufrieron los policías apostados en el lugar.
El dueño del domicilio incendiado, un hombre de apellido Gómez, contó que un puñado de vecinos lo habían ayudado a poder sacar algunos electrodomésticos, antes de que el fuego consumiera la vivienda. Los efectivos de Infantería debieron permanecer durante horas en el lugar hasta que la situación pareció contenida.
Más incendios
Horas después, cuando habían pasado 20 minutos de las 2 de la madrugada del último domingo, varios llamados de emergencias de vecinos del barrio Solidaridad alertaron al 911 sobre el inicio de otro incendio. Los atemorizados habitantes sumaron que escuchaban disparos en la zona.
Cuando los primeros policías llegaron a la manzana “A” del convulsionado conglomerado, constataron que eran dos las viviendas comprometidas, pero que el fuego estaba controlado. El inmueble ubicado en calle Perón fue afectado totalmente por las llamas y la vivienda colindante de calle Plumerillo sufrió daños estructurales en la planta baja y el primer piso.
Pese a que los vecinos se negaron a hablar con los uniformados, verificaron que las llamas habían sido la reacción al homicidio ocurrido el día anterior en la manzana “F”.
Otras tres casas fueron atacadas con fuego y plomos en los siguientes días, la última en la tarde de este miércoles. Los policías permanecen en alerta y el jefe departamental incluso se desplazó al lugar para hablar con los manifestantes. Aunque los vecinos parecieron entrar en razones, los hombres de azul temen que la violencia resurja con el paso de las horas y sólo esperan que no se cobre otra vida.
