Un arquitecto de 55 años que reside en Ciudad fue condenado a 4 años y 6 meses de cárcel por haberle dado marihuana, cocaína y LSD a su hija y al novio de la joven, cuando ambos eran menores. También recibió una condena menor (dos años de prisión condicional), la novia del arquitecto, una profesora de música de Ciudad, de 42 años, quien participó en uno de los hechos denunciados por la madre de la chica.
El fallo, firmado por los jueces federales Alejandro Waldo Piña, Alberto Daniel Carelli y María Paula Marisi, advierte que el hombre fue condenado por entregar y suministrar estupefacientes a menores con violencia; por amenazas y por tenencia de droga. En cambio la mujer fue condenada por entrega de estupefacientes. Además, ambos deberán someterse a un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación.
Si bien la víctima –hoy mayor- y su madre –la denunciante- declararon en el juicio que “las cosas no fueron tan así”, la fiscal María Gloria André mantuvo la acusación.
La joven declaró que “no recordaba todo, pero que quería aclarar que muchas de las cosas que dijo cuando había declarado con los psicólogos (en referencia a su declaración en cámara Gesell) no habían sido “tan así”. Dijo que en ese entonces ella era chica y se había dejado influenciar porque creyó que, si hacía una denuncia, iban a obligar a su padre a hacer un tratamiento. Entonces exageró las cosas. Le decían que alguien de la familia tenía que hacer una denuncia para que el padre hiciera el tratamiento”.
Los hechos
En 2018, cuando la víctima tenía 15 años, en la casa de su padre, en la calle Verdaguer de Ciudad, la pareja comenzó a fumar marihuana y a decirle “la marihuana era buena, que se las daba Dios y que era una planta” para luego ofrecerle. La mujer, cuando el hombre se fue al baño, la incitó diciéndole que le iba a gustar de tal forma que la chica accedió ante la presión.
Este acción por parte de la mujer fue ocasional y se consideró como consumo para uso personal, en cambio, su padre biológico instó a que su hija consumiera no solo marihuana, sino también cocaína y LSD. En efecto a comienzo de 2019, el hombre fue con su hija y con el novio de ella a una casa que le prestó una amiga, situada en Potrerillos. Allí les dio una dosis de LSD, diciéndoles que “lo probaran, que se iban a sentir bien y que se iban a reír un rato”. Luego de probarlo, Valentina veía borroso y se sentía mareada.
Unos meses después, el arquitecto, cuando en su casa estaba su hija y el novio sacó un papel con polvo blanco, les dijo que era cocaína, y pasó el dedo por dicha sustancia y finalmente lo introdujo en la boca de la joven.
Además de estas conductas delictivas, el hombre, tras enterarse que su la joven lo habia denunciado, en marzo del 2019, le dijo que “se iba a tener que ir del país porque lo iban a matar, que la familia de su pareja era mafiosa y que también la matarían a ella, a su mamá y a toda la familia. En esa misma ocasión le habría manifestado que si no los mataba la familia de Carolina, los mataría él”.
También se lo condenó por tenencia de estupefacientes que se encontraron cuando fue detenido y se allanó su casa.