Tres averiguaciones de paradero han tenido en alerta a las autoridades judiciales de la provincia en los últimos días. Dos ya están resueltas, una con un asesinato y otra con una muerte natural, mientras que la tercera sigue abierta y con un final incierto.
Fratricidio en Godoy Cruz
La más violenta de estas historias fue la que ocurrió en el barrio Covimet, en Godoy Cruz, y que se descubrió entre el viernes y sábado. Se trata del crimen de Jorge Bravo (51), acuchillado y enterrado en el patio de su casa de la calle Pehuajó al 2.289.
Desde el martes de la semana pasada los vecinos de la zona habían dejado de ver a la víctima, y esto les parecía extraño. Por eso ellos mismos hicieron la denuncia un día después.
La Policía se presentó en el domicilio y habló con Juan Felipe Bravo (60), el hermano del desaparecido. Este hombre les dijo a los efectivos que Jorge posiblemente se había ido con una mujer.
La búsqueda llevaba varias horas cuando el viernes en la noche llegó un llamado al 911 y dio el aviso de que en la casa de los hermanos alguien estaba quemando cosas en el fondo y que era “situación rara”. Los uniformados arribaron, y ya con ciertas sospechas, empezaron a registrar toda la propiedad.
En pleno despliegue de la Fuerza, Juan Felipe se quebró y dijo que mató a su hermano y lo enterró. Personal de Bomberos levantó la tierra y dio con el cuerpo, en tanto que la Policía Científica observó un ataque con múltiples puñaladas.
Inmediatamente quedaron detenidos el asesino confeso y su pareja, Patricia Jaime (46), quien también residía allí. Ambos fueron imputados por homicidio agravado por codicia y alevosía; lo primero porque el móvil sería la disputa por quedarse con la casa familiar y otros bienes, y lo segundo porque la agresión habría sido con la víctima en estado de indefensión.
Con esta acusación que prevé prisión perpetua, los detenidos pasaron a la cárcel.
Otro caso dramático, en el Valle de Uco
El cuerpo de José Rivarola (54) fue hallado este lunes en la tarde en la calle Los Baños, frente al camping Manantiales de San Carlos. Sus amigos los buscaban desde el miércoles pasado, luego de que uno de ellos lo dejó en un centro de salud en donde iba a tomarse la presión. Después de eso, nadie más supo nada de él.
Este señor era del barrio Unión de Capiz II y se desempeñaba como obrero rural en una empresa. Su esposa radicó la denuncia el domingo, manifestando que ella trabaja en Tunuyán y que sólo veía a su marido los fines de semana.
Mientras la Policía intentaba dar con José, una persona lo encontró tirado en la vía pública. El cadáver estaba tan descompuesto que se necesitará un cotejo de ADN para confirmar científicamente su identidad, sin embargo, a su lado estaba la billetera con su documento.
El adelanto de la autopsia determinó que Rivarola no sufrió una muerte violenta, ya que no presentaba traumatismos ni heridas de arma blanca o de fuego. Habría fallecido por una descompensación.
Misterio en el Sur
El paradero que se mantiene vigente es el de Walter Fabián Urbano Sini (44), desaparecido el miércoles pasado en San Rafael.
Este hombre está radicado en Buenos Aires, en el partido de Ezeiza desde hace cuatro años, y había llegado al Sur para estar con su mamá en el Día de la madre.
Se quedó unos días y compartió con su familia y sus dos hijas que viven acá, y en la jornada que iba a emprender el regreso, perdió todo tipo de contacto con sus parientes. Lo último que se supo es que en la noche del miércoles estuvo con una pareja de amigos y pasó por lo de su progenitora para dejarle unas llaves.
Su teléfono celular está apagado desde el jueves y no hay rastros del Chevrolet Corsa Classic en el que andaba. Al momento de su desaparición vestía jeans y una remera oscura; trascendió que estaba atravesando un proceso de depresión.
Quien pueda aportar información sobre él debe llamar al 911, a la Comisaría 32º o al número 4-437021.