Carlos Eugenio Lima (52) había pasado unos cuantos años en la Policía Bonaerense, donde llegó al grado de teniente antes de que lo cesantearon en 2007. Sabía de armas.
“Agresivo y conflictivo”, así definieron a Lima sus vecinos de City Bell. El 3 de junio de 2008 disparó seis veces contra Gustavo Alfredo Alfano a menos de un metro de distancia con una pistola 9 milímetros. El motivo del ataque era en un “intento” de cerrar una disputa doméstica que los enfrentaba. Alfano no murió de milagro y Carlos fue arrestado de inmediato.
El primero de julio de 2011 el Tribunal Oral en lo Criminal N° 5 de La Plata lo condenó a siete años y medio de prisión por “tentativa de homicidio agravada por el uso de armas”. Fue alojado en la Unidad 9 de La Plata y en la 28 de Magdalena. Salió de la cárcel el 18 de enero de 2013, tras cinco años preso, según Clarín.
Cuando salió en libertad se puso a trabajar en buques mercantes, carrera en la que llevó a tercer oficial. En uno de esos buques, el petrolero Ayane, la medianoche del viernes Lima tomó un arma y mató al capitán y a su segundo al mando. Luego llamo a la Prefectura, dijo lo que había hecho y pidió que lo fueran a arrestar.
“El capitán y el primer oficial están muertos, los maté yo. Y me voy a entregar. Así que quiero que venga un guardacosta y me arreste, listo. Es tan sencillo como eso”, dijo en la comunicación por radio el asesino.
Aunque la primera hipótesis es un brote psicótico, los antecedentes de extrema violencia seguramente no ayudaran a Lima cuando declare ante el juez federal N° 3 de la Plata Ernesto Kreplak, quien seguramente lo indagará el lunes.
Según pudo saber Clarín, aunque el homicidio no es un delito de competencia federal el hecho de que los crímenes fueran cometidos arriba de un buque en medio del río le da competencia a Kreplak, el mismo juez que interviene en el naufragio donde se encontraron 34 kilos de droga.
Conflicto con los vecinos
Según las crónicas de la época la relación entre Lima y sus vecinos siempre fue pésima pero estalló el 3 de junio de 2008. “Esa noche Lima rompía a mazazos el pavimento de la calle para evitar que se acumulara el agua del desagote de su lavarropas. No era la primera vez que lo hacía, ni tampoco el primer rapto de violencia, pero sí el más grave, coincidieron los testigos, vecinos del barrio, que declararon ante los jueces del Tribunal Oral 5 de La Plata”, cuenta la nota de un medio que siguió el juicio.
“Alfano, comerciante con cuatro hijos, fue a pedirle explicaciones, pero recibió seis tiros de parte de Lima. Aunque allí efectuó al menos dieciséis, y con el herido ya trasladado, siguió disparando”, completa la crónica.
Lima luego del ataque, se atrincheró en su casa e incluso disparó contra los policías que fueron al lugar cuando los vecinos llamaron al 911. Recién se entregó una hora después cuando vio por la ventana el despliegue del Grupo Halcón.
El ataque -antecedente más directo de lo que ocurrió arriba del buque Ayane- paso en calle Cantilo y 134, en el Barrio La Emilia, donde Carlos vivía con su familia luego de ser cesanteado de la fuerza el 24 de noviembre del 2007.
“A Lima le molestaba que el agua de su propio lavarropa se le estancara y le resultó más cómodo romper el asfalto y que le vaya al vecino de enfrente con quien ya había tenido alguna que otra pelea”, contó una vecina, que describió a Lima como “una persona muy agresiva”.
Los testigos contaron todo en el juicio, cubierto por la agencia Télam: “Cuando llegamos con otro vecino, Gustavo ya había ido a discutir solo y en la puerta de la casa éste tipo le tiró desde un metro y medio. Le vació el cargador”. “Lima era un vecino conflictivo, pero nunca hubiéramos esperado esta situación más que una discusión como ocurre en cualquier barrio”, señaló el testigo presencial.
Alfaro recibió un balazo en la pierna izquierda, dos en la columna, uno en el abdomen que le afectó el intestino y dos en el brazo izquierdo, por lo que fue trasladado al Hospital San Roque de Gonnet, donde los médicos lo operaron de urgencia.