Un rastro de ADN y algunos testigos son las principales pruebas que la Fiscalía de Homicidios ha sumado al expediente en el que se investiga el asesinato de Lucas Nahuel Ampuero (25), que tiene como imputado a Franco “Cara Cortada” Ábrego (26).
Ábrego fue imputado ayer por la fiscal Andrea lazo por el delito de homicidio agravado por uso de arma y por ensañamiento, luego de que, desde el Laboratorio de Huellas Genéticas, le confirmaran que los restos hallados pertenecían a la víctima. Se trata de un brazo bastante quemado, que obligó a los peritos a realizar al menos dos pruebas.
Pero este no es el ADN que complica la situación procesal de Ábrego, sino otro, recuperado de una muestra obtenida en la casa de su madre, ubicada en el asentamiento La Quebrada de Godoy Cruz. Ese rastro pertenece a Ampuero y, por lo tanto, los investigadores sostienen que allí lo mataron, según explicaron fuentes consultadas.
Pero no sólo eso, además hay testigos que sostienen que el domingo se escucharon disparos en la casa de la madre de “Cara Cortada”. Otros testigos dicen que vieron salir humo de esa vivienda. También se sabe que a Ampuero lo habrían asesinado en el patio de esa vivienda y que la madre de Ábrego –identificada como Nora Beatriz Díaz- estaba presente. Un testigo contó incluso que habría escuchado un disparo y, al asomarse, vio el cuerpo de un hombre en el suelo y escuchó a la madre del detenido decir: “Dejá, dejá, vamos”.
Es por eso que luego de que Ábrego se entregara, la Policía tiene una orden de captura para la madre que, de ser detenida, podría recibir la misma imputación que su hijo.
Ampuero fue visto por última vez el domingo 26 de febrero pasado y el martes siguiente sus familiares hicieron una denuncia por paradero, diciendo que lo habían visto por última vez en el barrio Campo Papa, donde residen, y que se dirigía a la casa de su novia. Otros testigos aportaron que lo habían visto con “Cara Cortada”, sospechando que o, lo habían matado, o bien se había ocultado por una razón relacionada con un delito.
Es por eso que personal policial de Búsqueda de Personas y de Investigaciones realizó rastrillajes y allanamientos en distintas zonas de Godoy Cruz. Finalmente dieron con los restos del joven en un descampado cercano a la casa de la madre de Ábrego. La imputación que recayó sobre el sospechoso se sostiene en que testigos escucharon el disparo fatal y que, como sólo se ha podido dar con el brazo derecho de la víctima –donde se puede ver un tatuaje identificatorio- evidentemente el cadáver fue desmembrado y luego quemado.
La historia del acusado
En 2012 –con sólo 17 años- “Cara cortada” tuvo sus primeros “15 minutos de fama”: una cicatriz en la cara, que lo perseguirá de por vida, aun luego de que una cirugía plástica se la borrara, le adjudicó el cinematográfico apodo de “Cara Cortada”. En noviembre de ese año un “presunto” policía publicó una foto suya en Facebook. En la imagen aparecía junto a unos amigos, la mayoría menores luciendo sus armas de grueso calibre.
Ese mismo mes la Policía intentó allanar una casilla ubicada en el barrio Campo Papa, donde vivía junto a su mujer, una chica de 17años y su bebé. Era buscado por los asesinatos de los hermanos Marcelo (19) y Daniel Pavés (30), ocurrido el 24 de noviembre en el barrio San Vicente.
Además, se sospechaba que podría haber participado en otros 3 homicidios, todos vinculados al enfrentamiento entre bandas narco en el Gran Mendoza. Dos de esas presuntas víctimas fueron identificadas como Jorge Mondoví (37), muerto a tiros en el barrio Susso de Godoy Cruz, y Rubén Cáceres (33), cuyo cuerpo, al mejor estilo mafioso, había sido quemado y seccionado para introducirlo en dos bolsas de consorcio y fue encontrado semienterrado en la Olla, conocida zona del interior del barrio Campo Papa.
Una versión indicó que el allanamiento realizado en el Campo Papa se frustró porque una lluvia de balas obligó a los policías a retroceder, incluso un policía fue herido, aunque también se dijo que ese uniformado había sido herido de forma involuntaria por otro integrante de la fuerza.
Lo cierto es que días después se volvió a irrumpir en el barrio Papa y la pareja del joven les dejó entrar. “Cara Cortada” estaba debajo de la cama. Tenía una pistola 9 milímetros y una Colt 11.25, 60 balas, 150 gramos de cocaína y 13 de marihuana.
Ese mismo día, en otro de los más de 10 allanamientos realizados se detuvo a “Arielito”, un chico de 16 años que por esos días solía acompañarla. En su poder se encontró una réplica de ametralladora AK 47, una pistola 112.25 y un revolver 22.
En agosto de 2015 un Tribunal de Menores encontró penalmente responsables a los sospechosos por el doble homicidio de los hermanos Pavés y prorrogó para dentro de seis meses la aplicación de una pena. En la oportunidad se los señaló como uno de “los Angelitos de Yaqui” (en relación a la narco Sandra Jaquelina Vargas, detenida en ese momento en el penal de El Borbollón y luego condenada por tráfico de droga y lavado de dinero).
Entre el doble homicidio y el juicio “Cara cortada” saltó a los medios tras escaparse del ex Cose (en 2013) y, luego (en 2014) cuando se le realizó -ya detenido- una cirugía estética (a cargo del Estado) para repararle el corte que tenía en la cara y que le valió su apodo.
Pero en junio de 2016 lideró un levantamiento en el ex Cose donde se le adjudicó una tentativa de homicidio a uno de los operadores del lugar. Por ese hecho fue condenado en 3 años y 10 meses de cárcel que cumplió, ya siendo mayor en el penal de Almafuerte, desde donde fue liberado en abril de 2020.
El 26 de abril de 2020 falleció en el hospital Central Oscar Gordillo (18), luego de permanecer internado desde el 19 de abril, cuando fue baleado en el sector de barrio Campo Papa conocido como “La Isla”. Allí, Gordillo fue sorprendido por dos individuos, uno de los cuales le disparó 7 veces.
La víctima fue trasladada al hospital Central y los médicos lo asistieron por tres heridas de bala en el abdomen, dos en el pecho, una en el antebrazo izquierdo y una en el codo derecho.
Según la Policía, mientras era llevado en la ambulancia habría mencionado a sus agresores, siendo uno de ellos un delincuente conocido como “Cara Cortada”, es Franco Ábrego.
El fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello lo imputó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, sin embargo, declaraciones recabadas indican que no habría tenido participación en el crimen de Gordillo, quien era su primo.
Aparentemente, Gordillo participó de un robo en perjuicio de “dos pesos pesados” de la zona, y como venganza lo mataron. Por eso, el abogado de “Cara Cortada” –Sergio Carreño- solicitó el cese de la prisión preventiva, medida a la que adhirió Pirrello.
La jueza Érica Sánchez no se opuso, pero lo condenó a 6 meses por el artículo 205 del Código Penal, que tiene que ver con el incumplimiento de las medidas impuestas por la pandemia. En noviembre de 2020 quedó en libertad.