La banda de rock Guns N’ Roses y la aberrante tendencia a la pedofilia son los rasgos comunes que unen al hombre y a la mujer detenidos en Malargüe, tras ser acusados de abusar de sus respectivos hijas e intercambiar luego imágenes de contenido sexual infantil.
Esta mañana personal de la policía de Mendoza trasladó a los dos detenidos desde la Comisaría 24 de Malargüe hasta la Penitenciaría de San Rafael, donde permanecerán hasta que se realice la audiencia de prisión preventiva.
Ayer. el fiscal Andrés Giaroli, de la Fiscalía de San Rafael, imputó a ambos por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado, corrupción de menores agravada, producción y distribución de material de abuso sexual infantil. Ahora, se intenta determinar si los sujetos vendían este material a otros consumidores.
Según explicó a Los Andes una fuente que conoce el caso, los acusados son vecinos y ambos son fans de la banda de rock norteamericana de hard rock Guns N’ Roses. Y este fanatismo sirvió para identificarlos en las imágenes, ya que ambos tienen tatuajes del grupo liderado por el cantante Axl Rose y el guitarrista Slash.
A pesar de ser vecinos –vivían a dos cuadras uno de otro- para pasarse las imágenes, el hombre y la mujer usaban LINE una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos móviles, PC y Mac. Y justamente en algunas de estas imágenes aparecen los tatuajes con los clásicos revólveres y flores que popularizó la banda a través de las portadas de sus discos y su merchandising.
“Así los encontramos: por los tatuajes de Guns N’ Roses”, explicó la fuente consultada.
Un trabajo de hormigas
La investigación empezó con 13 reportes de alta prioridad, porque los incidentes además de contener material viral, tenían material desconocido y por ende de posible realización reciente. A todos los relacionaba algo: el mismo correo electrónico. En 2018 alguien había usado ese correo en una foto de Instagram y en 2022, alguien use correo para subir a la nube gran cantidad de material, a veces de a treinta archivos, otra vez cinco, otra once, a veces de uno en uno.
Inicialmente se conocía este correo, otros dos correos de verificación y un número de teléfono que había sido dado de baja en 2019, además de un IP, que al ser mapeado terminó que era de alguien de Malargüe.
En el material secuestrado se veían las personas –los dos adultos y las dos niñas- pero no se sabían sus identidades. Entonces los investigadores analizaron los correos que contenían un apellido y algunas letras. Infirieron entonces que se podía llamar de cierta forma al combinar letras y apellido, algo así como –el apellido es ficticio- “Je E. Pérez”. Con ese dato comenzaron a buscar a la mujer a través de las redes sociales: aparecieron 144 coincidencias en Malargüe.
Empezaron a bajar esa cifra, buscando mujeres con niñas parecidas y se centraron en 15. Una de ellas no tenía mucha información, pero daba dato de su ex marido. En un perfil de Facebook de este hombre vieron una foto de una mujer con un lunar, el mismo lunar que se veía en el material secuestrado. Así dieron con el primer “match”: la identidad de la mujer, que tenía en algunas imágenes un tatuaje con la palabra “Patience” (“Paciencia”, el título de una canción de Guns N’ Roses)
Luego en Tik-Tok detectó un video de la hija, con la misma ropa del material secuestrado por lo que se la identificó: segundo “match”.
Ahora había de encontrar al hombre que le había enviado material con imágenes de otra menor. La pista la dio una imagen subida a la nube, parte de un chat de LINE donde se veía un torso de hombre y un brazo donde se podía ver parte de un borroso tatuaje, el mismo que se veía en una de las imágenes secuestradas, en la que también se veía la cara del hombre y su hija.
Entonces empezaron a buscar perfiles de tatuadores de Malargüe –tuvieron que revisar unos 50 perfiles, en este caso- y dieron con el hombre que lucía varios tatuajes de la banda de rock y la misma musculosa de las imágenes secuestradas. Pero el tatuaje que permitió el tercer “match”, fue ese que se veía parcialmente y que ahora pudieron ver de forma total: El ojo de Horus, un antiguo símbolo egipcio que representa salud, fuerza, prosperidad, sabiduría y la capacidad de renacer espiritual y emocionalmente. En este caso el símbolo lo llevó a ser detenido.
Por último, la identidad de la nena –el cuarto “match”- se estableció a través de dos lunares que tiene en el cuerpo y que aparecen en las fotos y que luego fueron detectados por el Cuerpo Médico Forense.
Un caso aberrante
Las víctimas son una niña de 9 años, que es hijo del detenido, y un bebé de un año y nueve meses, hijo de la acusada, según informaron a Los Andes fuentes allegadas a la causa. Los pequeños quedaron al resguardo de los Equipos Técnicos Interdisciplinarios.
La pesquisa comenzó en noviembre de 2022, luego de que la mujer guardara el contenido en la nube. Fue entonces que especialistas de una organización no gubernamental de Estados Unidos reportaron que había intercambio de contenidos de abuso sexual infantil en Instagram y Google.
Tras pasar por instancias nacionales y provinciales, la causa llegó a manos de la Fiscalía de Instrucción que lidera Giaroli y desde entonces la investigación se mantuvo en total hermetismo, al punto que colaboró Gendarmería Nacional debido a que el sospechoso es familiar directo de un policía.
En los allanamientos realizados ayer por Gendarmería por orden del fiscal Giaroli se secuestraron computadoras y celulares de los dos detenidos había decenas de imágenes y videos del momento en que se realizaban los abusos sexuales.
Una pericia preliminar llevada a cabo por peritos tecnológicos pudo determinar que los acusados participaban de las grabaciones y que sus hijos eran las víctimas. El material audiovisual reveló que cada uno de los imputados abusaba de su propio hijo y que luego se intercambiaban el material, ya sea imágenes o videos, entre ellos.
“El material es de tanta cantidad y calidad que se pueden observar señas corporales que no dejan dudas con respecto a los autores ni a las víctimas, que fueron cotejados con los informes forenses”, aseguró una fuente de la investigación.