Atravesó rápidamente los pasillos, se entrevistó con la funcionaria judicial indicada y minutos después abandonó el Polo Judicial Penal. Así se llevó consigo un misterio que acosa a dos familias desde hace 15 años: quién mató al psicólogo Flavio Piottante (39) y su paciente Analía Estrella Libedinsky (31) en julio de 2006 en Ciudad. Ayer, el principal sospechoso se presentó ante la Justicia para obtener el documento que deja sin efecto el pedido de captura en su contra, luego de haber permanecido casi dos décadas prófugo y obtenido así la prescripción de la causa.
Mauricio Suárez (49) llegó minutos antes de las 14 de ayer al moderno edificio judicial ubicado detrás del penal de Boulogne Sur Mer, según confirmaron a Los Andes fuentes oficiales. Se presentó en la Unidad Fiscal de Homicidios de Claudia Ríos, la última funcionaria que tuvo a su cargo el expediente por el que se lo buscó durante 15 años. “Pidió el sin efecto del pedido de captura”, señalaron escuetamente las fuentes. Con ese documento en su poder, Suárez recorrió el espacio que lo separaba del edificio del Ministerio Público Fiscal hasta calle Plantamura y subió a un auto que lo esperaba.
Suárez fue el hombre más buscado de Mendoza y finalmente fue encontrado por Gendarmería Nacional en agosto pasado, cuando intentaba cruzar a Bolivia por el puente internacional Salvador Mazza. Pero horas después fue puesto en libertad porque su causa, por ley, prescribió el martes 13 de julio de 2021. Las autoridades salteñas pudieron notificar, tras comunicarse con la Fiscalía de Homicidios de Mendoza, que la orden de captura ya había prescripto.
Permaneció en la clandestinidad desde 2006, cuando la Justicia mendocina lo señaló como el único sospechoso de haber cometido el doble crimen que conmovió a la provincia y que resonó en todo el país. “También se informó a Migraciones el ‘sin efecto’ de la captura internacional”, añadió en un comunicado el Ministerio Público Fiscal en agosto.
Los cuatro fiscales que tuvo la causa juntaron pruebas incriminatorias que señalaban a Suárez como el único autor del doble crimen. A pesar de esto, el presunto asesino supo burlar a la Justicia y se fugó sin dejar rastros que pudieran facilitarle a la fiscal Ríos, la última en encabezar la pesquisa, el lugar donde se escondió todos estos años. Y ya no lo hará porque puede caminar sin rendirle cuentas a nadie.
Doble crimen y fuga efectiva
Los cadáveres de Piottante y Libedinsky fueron encontrados la mañana del 13 de julio de 2006, aunque la autopsia indicaría luego que los habían asesinado la noche anterior. Los forenses detectaron dos disparos en el cuerpo del psicólogo: uno en el tórax y otro en el cuello. A la paciente la golpearon en el rostro y la estrangularon.
Beatriz Llín, la madre del psicólogo, fue quien encontró la terrible escena. Desde el día anterior llamaba a su hijo por teléfono, pero él no contestaba. Preocupada, en la jornada siguiente llegó a la casa del profesional, que era usada también como consultorio, en calle Barcala y Chile de Ciudad.
La mujer llamó a la Policía y la zona rápidamente se llenó de investigadores. Pero era demasiado tarde. Cuando tuvieron la primera pista fuerte contra el acusado, éste ya se había fugado. Fue un amigo del propio Suárez quién terminó de marcarlo como sospechoso ya que contó que había estado con el presunto autor cenando dos días antes en la calle Arístides Villanueva y que le había dicho: “Me mandé una cagada y me tengo que ir del país”.
La hipótesis más fuerte fue que Suárez era el ex novio de la pareja de Piottante -Andrea Troncoso- y, posiblemente movido por celos, decidió ir a atacarlo. Se ordenó su arresto inmediato, pero nunca se concretó.
