Este jueves se complicó aún más la situación del adiestrador de perros Marcos Herrero, acusado de plantar pruebas en la búsqueda de Viviana Luna. El sospechoso seguirá en la cárcel, ahora con prisión preventiva.
Imputado por los delitos de falso testimonio, falsa denuncia, usurpación de títulos, encubrimiento y estafa, la jueza Mariana Gardey le dictó la medida de coerción por tres meses.
De esta manera, la magistrada coincidió con los argumentos del fiscal Gustavo Pirrello para solicitar que este rionegrino continúe en el penal, por las pruebas en su contra y por el riesgo de fuga ante una sumatoria de calificaciones que le den una pena alta.
De otro lado estuvo el abogado defensor Mauricio Cardello, que en la audiencia planteó una excarcelación alegando que el sospechoso no entorpecería la causa, que no tiene antecedentes y que las acusaciones que le endilgan tienen penas en suspenso.
Tras el revés que recibió Herrero, se espera alguna maniobra de su defensa para mejorar su situación. Un pedido de domiciliaria, una apelación de la preventiva o, algo que ya se ha barajado entre las partes, un juicio abreviado con su confesión y el pacto de una condena condicional.
Por qué cayó
Este rastreador fue arrestado en Viedma el 3 de diciembre pasado, luego de que se reunieran elementos para sospechar que manipuló y plantó pruebas en Potrerillos, donde la familia Luna lo llevó contratado por $150.000 para rastrillar algunos zonas con sus canes, con el objetivo de dar con algún indicio de Viviana.
Esta mujer está desaparecida desde el 7 de diciembre del 2016. A fines de septiembre pasado Herrero, en sólo media hora, “encontró” parte de un cráneo y un maxilar en un hotel abandonado que ya había sido registrado por los investigadores del caso en más de una oportunidad.
También halló un monedero y papeles que harían referencia a un caso de trata de personas. Los restos óseos fueron analizados por el Laboratorio de Huellas Genéticas del Ministerio Público Fiscal, y los especialistas detectaron gran cantidad de ADN del adiestrador-indicio de que lo estuvo manipulando y que los habría tenido desde antes-.
Además, estos huesos se cotejaron con otros que Herrero también “encontró” en Río Gallegos por la búsqueda de otra mujer, y el resultado indicó que todos pertenecían a un mismo cadáver, el de un hombre. Ante esto, los pesquisas entienden que el detenido pretendía engañar a todos y por eso lo acusaron por varios delitos.
El imputado ha participado de varios casos resonantes con personas desaparecidas, a pesar de no estar avalado por el Ministerio de Seguridad de la Nación como perito. Sin embargo, lograba la confianza de las familias de las víctimas para intervenir de forma privada.