Una sentencia a 15 años de prisión y otra a perpetua. En la primera admitió su autoría en el hecho y pactó una pena y en la segunda intentó zafar pero un jurado popular la declaró culpable. Esta es parte de la historia delictiva de Daiana Muñoz (30), la mendocina condenada por dos crímenes en un par de semanas.
Este miércoles llegó para ella la sanción más grave de su prontuario. Si bien hasta último momento con su abogada buscaron la absolución en un juicio por jurados, recibió prisión perpetua por el asesinato de Nelson David “Caco” Montenegro (37), ocurrido en mayo de 2018 en el barrio San Martín, de Ciudad.
Para arribar a este debate Muñoz había sido imputada junto a su ex pareja, Ángel Farías (41), y a Camilo Páez (46), por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía. Para la fiscalía, los tres planearon matar a la víctima y lo concretaron de forma alevosa.
Según sostuvieron los investigadores, todos los protagonistas del caso integraban una banda narco con base en el Oeste de Capital, pero Montenegro traicionó al resto: se quedó con dinero y un arma de fuego que no le correspondían y la venganza fue torturarlo. Le cortaron los brazos, lo apuñalaron, fue ahorcado y lo prendieron fuego. Envuelto en una manta, fue arrojado frente a unos monoblocks, en la zona denominada “Fuerte Apache”.
Prófuga, con domiciliaria y otra vez presa
Tras este crimen, Muñoz se refugió en el Este de la provincia para no ser detenida. Mientras sus cómplices fueron arrestados un día después del hallazgo del cuerpo -el 30 de mayo-, ella se mantuvo en la clandestinidad hasta septiembre de 2018, cuando la Policía la encontró en una casa de Junín.
El paso de los meses y diversas audiencias le dieron el beneficio de la prisión domiciliaria, que la mujer no supo aprovechar. A fines de 2019 fue descubierta in fraganti en la escena de otro asesinato.
Junto a Giuliana Pérez (21) fueron capturadas en la casa cultural de Palmira tras apuñalar 15 veces al cuidador del lugar, identificado como Walter Cardozo (51).
Este hecho se conoció el 27 de diciembre, luego del llamado de un vecino al 911 alertando sobre los gritos de la víctima. Policías rápidamente arribaron a la calle Fuseo al 297 y dieron con las acusadas todavía en el lugar.
Este expediente se instruyó como un homicidio criminis causa porque el testigo que se comunicó a la línea de emergencias dijo que Cardozo pedía ayuda y decía que le estaban robando. Las jóvenes fueron imputadas y podían llegar a un juicio por jurados porque el mencionado delito prevé únicamente la perpetua, pero hace semanas se resolvió con un abreviado.
Las defensas y el fiscal Gustavo Jadur acordaron penas por un homicidio simple (8 a 25 años de cárcel), ya que faltaban pruebas para sostener el móvil del asalto. Muñoz recibió 15 años y Pérez 11 tras reconocer que mataron al hombre, aunque sin precisar por qué motivo habían ingresado a la propiedad y qué ocurrió para el desenlace fatal. Al acuerdo de las partes lo avaló la jueza María Victoria Frananos.
Estos 15 años parecen ser apenas un detalle en el prontuario de Muñoz, quien hace un par de días recibió la máxima condena por el asesinato del barrio San Martín. Así sumó su tercera sentencia, ya que en 2015 le habían dado 3 años por robo. Su ficha de antecedentes se completa con causas por hurtos agravados y amenazas.