“Solicito al tribunal que cuando dicte su sentencia contra Marcos Graín le dé la pena de prisión perpetua por los delitos que se le han enrostrado a este torturador, violador y femicida”.
Con estas palabras terminaron esta mañana sus alegatos Guillermo Rubio y Celeste Marchetti, los abogados de Niri Ribotta, la madre de Paula Toledo (19), quien 17 años atrás fue brutalmente abusada, torturada y asesinada por 4 jóvenes en San Rafael.
En este tercer juicio por la muerte de Paula, los abogados querellantes entienden que se trató de un homicidio criminis causa ya que la causa de la muerte no se produjo por el brutal ataque sexual grupal sino que fue asesinada para encubrir el abuso.
El caso
El 30 de octubre de 2003 Paula Toledo terminó de hacer unas tareas que debía entregar al día siguiente en la Escuela Polivante de Arte, cuando alguien golpeó la puerta y la invitó a salir. La chica dejó la puerta entreabierta, en señal de que volvería rápidamente.
Al día siguiente su cuerpo apareció en una acequia de la calle Victorino de la Plaza, a 400 metros de avenida Balloffet, en el barrio El Sosneado. Estaba semidesnuda, boca abajo, rodeada de basura y bolsas de plástico.
En un primer momento fue muy difícil identificarla. Según la información policial, los jóvenes fueron vistos ingresando a una casa abandonada que se encontraba en Los Filtros y Jacarandá, donde los chicos del barrio se juntaban a tomar cerveza y, algunos, a fumar marihuana.
En ese lugar fue torturada, abusada sexualmente por varias personas y luego asesinada. Su cuerpo presentaba golpes en la cabeza, producidos por una botella de cerveza, y cortes en el rostro. También mostraba quemaduras.
La investigación inicial de la muerte de Paula fue tan deficiente que el forense que realizó la autopsia tiene abierta una causa penal en su contra.