Robledo Puch, “El Ángel de la Muerte”, lleva casi 50 años encerrado y sigue pidiendo que lo maten

El asesino serial más famoso del país transita la cuarentena sin visitas: así es su rutina en su celda número 17.

Robledo Puch, “El Ángel de la Muerte”, lleva casi 50 años encerrado y sigue pidiendo que lo maten
Robledo Puch o "El ángel de la muerte"/ Archivo.

Carlos Eduardo Robledo Puch, uno de los asesinos seriales más famosos del país, pronto a cumplir 50 años en prisión, sigue pidiendo que terminen con su vida.

Según publica hoy Clarín, Robledo Puch, solicita periódicamente a los guardias de la Unidad 26 de Lisandro Olmos, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que lo maten, algo que ha solicitado en varias ocasiones.

“A los penitenciarios que se le acercan para hablar, Robledo Puch siempre les comenta que “si la eutanasia estuviera vigente en el país, pediría una muerte digna”, afirma el diario Clarín.

El célebre asesino que inspiró la película “El Ángel” tiene 68 años y hoy cumple 48 años, 4 meses y 20 días detenido, sin contar aquellas 72 horas en las que permaneció prófugo tras escaparse en La Plata. Es el criminal que lleva más años encerrado en las prisiones argentinas.

Robledo Puch, tras ser detenido. /Archivo.
Robledo Puch, tras ser detenido. /Archivo.

Tras cumplir 40 años en la cárcel, Robledo Puch hizo un pedido formal a la justicia solicitando la excarcelación, o en caso contrario que se le aplicara le pena de muerte -que no existe en la legislación argentina- mediante “una inyección letal”.

“Como me siguen negando la libertad, ¿por qué no me cambian la pena por una inyección letal?”, indicó en esa ocasión Robledo Puch en una carta dirigida a la Suprema Corte bonaerense.

Hoy, quien desde principios de los años 70 era conocido como “el ángel negro” o “el ángel de la muerte”, por su rostro rubio y aniñado, pasa sus días sin recibir visitas por la pandemia, aunque antes tampoco tenía nadie que le fuera a ver.

¿Cómo vive hoy?

Según pudo reconstruir Clarín, está en una celda unicelular, la número 17 del pabellón 8, en un sector bajo el régimen semiabierto modalidad limitada. En la rutina diaria de la pandemia respeta en líneas generales estas actividades: se levanta entre las 9 y 9.30. Desayuna mate cocido o té con pan y mermelada. Además, pasa varias horas del día leyendo en la celda 17.

En las últimas semanas se ha interesado en todo lo referente a la tragedia del submarino ARA San Juan, que se hundió el 15 de noviembre de 2017 en el Mar Argentino con 44 personas a bordo (43 hombres y 1 mujer).

Si bien no quiere recibir asistencia psicológica y ni medicamentos psiquiátricos, la semana pasada, un psicólogo y el psiquiatra, tras entrevistarlo dijeron que tiene “un discurso claro, fluido y verborrágico, no predispuesto al diálogo, pero sí a monopolizar la conversación y el criterio de realidad lo tiene conservado”. Además –dice Clarín- “pidió reiteradamente que le apliquen una inyección letal, aunque los profesionales no advirtieron ideas de acciones suicidas”.

Robledo Puch tiene una hernia umbilical y una hernia inguinal bilateral. Sufre insuficiencias respiratorias con asma bronquial y EPOC, más una hipertrofia prostática benigna.

Su mítica carrera delictiva incluye 10 homicidios calificados y uno simple, una tentativa de homicidio y 17 robos. Además fue cómplice de una violación, de una tentativa de violación, de un abuso deshonesto, dos secuestros y dos hurtos. Todos cometidos entre 1970 y 1972 con un inusitado grado de violencia y frialdad.

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