El capo narco colombiano Ignacio Álvarez Meyendorff, quien cumplió una condena en Estados Unidos por tráfico de drogas y en Argentina estuvo vinculado a la causa iniciada tras el denominado operativo “Luis XV”, en el que se secuestraron 253 kilos de cocaína escondidos en muebles de estilo que iban a ser enviados a Europa, permanece retenido desde el 23 de diciembre último en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a la espera de que la Justicia resuelva si puede o no ingresar al país.
Fuentes de la Dirección Nacional de Migraciones, organismo conducido por Florencia Carignano, informaron a Télam que Meyendorff, quien llegó al país el pasado viernes en el vuelo 087 de la empresa Avianca, se encuentra en calidad de “no admitido” en una dependencia del Aeropuerto Internacional, bajo custodia de dos efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), ya que las autoridades migratorias impidieron su ingreso a la Argentina.
Los voceros dijeron que Migraciones reafirmó la prohibición de ingreso de Meyendorff, ya que se había cancelado su residencia y ordenado su expulsión del territorio nacional con prohibición de reingreso permanente.
Las fuentes aclararon que si bien esa medida no se encuentra firme, el organismo decidió no autorizar su ingreso al país, por lo que, al ser notificado del impedimento, Meyendorff, a través de su abogado, Juan José Ribelli, presentó un hábeas corpus ante el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, quien lo rechazó.
También a pedido del letrado, quien alegó fragilidad de la salud de su asistido y la necesidad de atención médica en el territorio nacional, el capo narco fue sometido a un chequeo de salud, que en principio no arrojó resultados que obligaran a ello, agregaron los informantes.
Finalmente, Ribelli apeló la resolución del juez Villena ante la Sala 1 de la Justicia Federal de La Plata, donde hasta este mediodía aún no había sido analizado, según dijo el abogado.
De rechazar esa instancia judicial su ingreso al país, Migraciones hará que Meyendorff aborde el próximo avión con destino a Colombia, añadieron desde el organismo.
La situación de Meyendorff y el tráfico de drogas desde Argentina
El propio capo narco podría regresar por propia voluntad a su país, ya que su situación es solo de “no admitido” para el ingreso a la Argentina, es decir no hay impedimento alguno para que regrese a Colombia ni una orden para retenerlo, añadieron los voceros.
No fue igual en marzo de 2011, cuando el capo narco sí quedó detenido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en momentos en que regresaba junto a algunos de sus familiares de unas vacaciones en Tahití.
Dos años más tarde, Meyendorff fue extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por importación de cocaína, hecho por el que cumplió una condena de siete años de prisión.
La organización que integraba fue desbaratada en abril de 2012 en un operativo conocido como “Luis XV”, en el que se secuestraron 253 kilos de cocaína escondidos en muebles de estilo que iban a ser enviados a Europa y Estados Unidos y estaban en dos galpones de la localidad bonaerense de Lanús.
Casi un año antes, en junio de 2011, se habían descubierto 444 kilos de cocaína en el velero “Traful”, que había partido desde el puerto bonaerense de Berisso rumbo a Uruguay, pero sus tripulantes debieron abandonar por un desperfecto.
En ambos casos, se consideró que la banda era liderada por Álvarez Meyendorff.
En julio del 2016, el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de La Plata condenó a penas de entre 4 y 14 años de prisión a 9 de los más de 20 imputados que hubo por ambos operativos y también ordenó el decomiso de dos veleros en los que se transportaba la droga como así también de vehículos y propiedades.
En 2019, en tanto, 23 personas, entre ellas varios integrantes de la familia de Meyendorff, fueron condenadas a penas de entre 5 y 7 años de cárcel, tras un juicio oral en el que, además, se ordenó el decomiso de sus bienes por el triple de lo que supuestamente lavaron, que se calcula en alrededor de ocho millones de dólares.
Las penas del juicio fueron impuestas por el juez federal de La Plata, Nelson Jarazo, integrante del Tribunal Oral Federal 2, y la más alta, de 7 años de prisión, la recibieron dos de los hijos de Meyendorff, los hermanos Mauricio y Sebastián Álvarez Sarría.
Otro de los imputados que recibió esa misma pena fue María Francisca García Fernández, quien fue la primera contadora que la organización tuvo en la Argentina.
En tanto, el resto de los imputados, entre ellos la esposa de Meyendorff, Clara María Sarría Jiménez; la madre, Auria Meyendorff Caicedo; el marido de ésta, Jaime Moreno Álvarez; un hermano, Luis Álvarez Meyendorff; un sobrino, Guido Álvarez Correa; y dos nueras fueron condenados a la pena de cinco años de cárcel.