Después de mucho tiempo en el que el expediente de su paradero parecía “cajoneado”, ayer y casi de forma sorpresiva, se desplegó un gran operativo de rastrillaje en La Favorita, zona de Capital donde desapareció Gisela Paola Gutiérrez hace más de cinco años. La Justicia Federal avanza en su búsqueda y se anticipan más medidas importantes.
Este martes, desde las 7 y hasta entrada la tarde, policías federales, gendarmes, perros entrenados y antropólogos rastrillaron el predio del viejo autódromo General San Martín, ubicado en el piedemonte capitalino, para tratar de conseguir algún elemento que los lleve a conocer cuál fue el destino de esta mujer, de quien no se sabe nada desde el 19 de julio de 2015.
En aquella jornada y en horas de la noche, fue de visita a la casa de una hermanastra por parte de su padre en el mismo barrio. Lo último concreto que se conoció es que Gisela había emprendido el regreso a su vivienda, donde residía con la madre.
Ramona, su mamá, la vio cuando volvía en compañía de un vecino, cerca de las 23.30. Pero Gisela le hizo señas a su madre indicando que ya volvería y desanduvo el camino. Fue la última vez que la vieron.
En el lugar rastrillado ayer se realizaron numerosas excavaciones y los expertos del Cuerpo de Antropología se llevaron varias muestras de material orgánico para analizar. Quizás alguna indique que se trata de huesos humanos, y a partir de ahí se intentará hacer cotejos para determinar si son de Gisela, que tenía 25 años cuando desapareció.
Las medidas se desarrollaron en un sector donde, a lo largo de todo este tiempo, varios “testigos” señalaron como el sitio en el que habían enterrado a la joven tras asesinarla. Esos datos que llegaban a la Justicia en su momento fueron profundizados con las búsquedas del cuerpo, pero los resultados fueron negativos.
En el operativo de ayer se profundizó con georadares para escanear sobre la tierra, además de otras técnicas para hallar indicios. Todo supervisado por el juez de la causa, Walter Bento, y con la presencia de familiares de Gutiérrez y su abogado.
Fuentes consultadas por Los Andes aclararon que lo realizado en las últimas horas no responde a ningún dato nuevo ni tiene relación con la recompensa de $500.000 que ofreció la semana pasada el Ministerio de Seguridad de la Nación para quien aporte información precisa sobre Gisela.
También trascendió que la búsqueda seguirá entre hoy y mañana, siempre en La Favorita. Todo indica que hay un renacer del expediente en la Justicia Federal.
La investigación entró en este fuero por una sospecha de trata de personas, luego de que la mujer denunciara que una ex pareja la explotaba sexualmente para conseguir drogas.
Sus acusaciones impactaron además en la Justicia provincial, al asegurar que fue privada de su libertad y abusada sexualmente por un grupo de hombres, entre los que estaba quien fuera su novio. Estas causas fueron archivadas y, tiempo después, la fiscalía de Homicidios inició la averiguación de paradero, que sigue vigente. Justamente la víctima desapareció tras estas fuertes denuncias.
En el círculo de sospechosos se mencionó a otro ex de ella, que aparentemente la maltrataba y amenazaba. Sin embargo, nunca se pudo sindicar a alguien en concreto.
Gisela tenía tres hijos y estaba embarazada cuando dejó de ser vista.
