Recuperó la libertad Alejandro “Cacano” Cabanillas, quien fuera dueño del pub Cacano, un reducto de Chacras de Coria por donde algunas vez pasaron próceres de rock nacional como Charly García, David Lebón y Andrés Calamaro, entre otros.
Tras cumplir buena parte de una condena por amenazas en contexto de violencia de género, Cacano recibió el beneficio de la prisión condicional y salió del penal.
El miércoles el abogado defensor Carlos Moyano, presentó un cese de la prisión preventiva ya que al haber cumplido su cliente con casi la mitad de la pena impuesta, le correspondía quedar en libertad condicional. La solicitud fue acepta por la jueza María Espinola, sin que la Fiscalía de Violencia de Genero se opusiera.
Estando detenido, en mayo pasado la misma jueza había condenado a Cabanillas a la pena de 2 años y 2 meses de prisión efectiva, ya que era la segunda vez que recibía una condena por violencia de género.
Durante el debate la fiscal Paola Ginastera había solicitado para al ex empresario de la noche esa misma pena por el delito amenazas simples y desobediencia de una orden judicial, en contexto de violencia de género.
En este caso, Cacano, fue investigado por una denuncia de su ex pareja por el que se le había impuesto una restricción de acercamiento que el hombre no cumplió en 2022.
Antes, en 2021, Cabanillas había sido condenado a 1 año de prisión en suspenso por el delito de amenazas. La causa, inicialmente, se caratuló como lesiones, amenazas y abuso sexual simple, luego de que una mujer que dijo ser su empleada lo denunciara.
Cuando la plana mayor del rock iba al bar de Cacano
Charly García, David Lebón, Karamelo Santo, Andrés y Javier Calamaro, Juanse, Fabiana Cantilo, y Pity Álvarez, entre otros consagrados músicos, pasaron a finales de los 80 y en los 90 del siglo pasado, por el mítico bar de Cacano, ubicado frente a la plaza de Chacras.
El bar había arrancado como un emprendimiento familiar donde funcionaba una heladería que se transformó luego en una sandwichería, en cuyo patio comenzaron a presentarse bandas locales como Alcohol Etílico y Raivan Pérez, entre otras.
Con el tiempo Cabanillas montó un quincho y una barra y el lugar se transformó en un clásico de la movida rockera mendocina que luego fue adaptado por las grandes figuras de la escena nacional. Dicen que Lebón fue el primero en llegar a Cacano y de ahí la fama se extendió entre los músicos porteños que tocaron en el lugar. El dueño de bar, se consideraba amigo de los artistas, con los que tenía un tipo de relación familiar, cercana.
Pero no eran los conciertos lo más atractivo de Cacano, sino las largas noches en las que la “química” del lugar y el humo se mezclaba con los personajes de la noche mendocina y los músicos foráneos que tocaban en otros lugares pero que, en la madrugada, se instalaban en la trastienda de Cacano, donde se quedaban finalmente a dormir.
Esas historias terminaron en febrero de 2010 bajo la intendencia de Omar Parisi. El bar fue clausurado por la falta de seguridad que ofrecía el local, ya que no se quería repetir otro episodio como el de Cromañón.